Nuestro contrato © vmin

Capítulo 4

Bajando a Jimin con él, Taehyung lo abrazó, a pesar de su débil resistencia. ¿Acaso Min YoonGi nunca le había mostrado ternura o preocupación?

—Jimin, cálmate. Aún puedo dejar que me sirvas, pero quiero saber sobre ti primero. Hay cosas de las que tenemos que hablar. — Taehyung no sabía qué fue lo que funcionó, si el tono severo que había usado o la promesa de que le permitiría servirlo, pero la débil resistencia cesó.

El cuerpo de Jimin se quedó casi flácido contra él, la cabeza apoyada sobre su pecho. El calor de un cuerpo contra Taehyung despertó algo más que sólo preocupación por su aterrorizado invitado, pero tenía que anular su excitación. Nada evitó que su polla aumentara contra los vaqueros. Y
no escapó de la atención de Jimin.

—Por favor, déjeme... —con mano temblorosa, Jimin acarició el aumento ahora visible—. Por favor, Amo.

El susurro lastimero desgarró el corazón de Taehyung, pero le envió una descarga de calor a la ingle. Asintiendo con la cabeza, se reclinó en el sofá para ver lo que Jimin hacía. Sin intentar ningún otro contacto, un beso o una caricia, Jimin se deslizó al piso, arrodillándose entre las piernas de Taehyung, y desabrochó sus vaqueros. Liberando la dolorida polla de los boxers, Jimin chupó la punta, para luego lamer alrededor de la corona. Una mano se deslizó más profundo, acariciando sus pelotas, mientras la boca de Jimin se abría para tomarlo entero. Los músculos de su garganta se contrajeron alrededor de la sensible cabeza de su polla.

—Oh, Dios —gimió Taehyung. Recostándose con los ojos cerrados, dejó que sus dedos vagaran por el corto y espeso pelo de Jimin. Había pasado tanto tiempo, casi una eternidad, desde la última vez que se había sentido tan bien—. Sí... Oh, sí —gimió.

La boca de Jimin se retiró para detenerse sobre la punta. Una lengua caliente golpeó la sensible hendidura. Tan tímido como era, así de osada era su boca. Tomándolo profundamente otra vez, casi agresivamente, la lengua de Jimin trabajó con firmeza contra su polla. Taheyung no podría aguantar mucho más sin explotar. No quería que terminara tan pronto.

Tirando bruscamente del cabello entre sus dedos, alejó a Jimin. Deslizando sus manos bajo los brazos de éste, lo atrajo encima de él. Los labios sonaron con fuerza, dientes chocando mientras Taheyung lo besaba. La boca de Jimin se abrió obedientemente, pero no había pasión en sus labios. Sus brazos quedaron a los lados, no dándole la bienvenida a su abrazo ni defendiéndose de él.

—Bésame, Jimin —susurró Taehyung—. Bésame tú también.— Despacio, los suaves y finos labios comenzaron a moverse. La lengua de Taehyung persiguió a la evasiva de Jimin, besándolo profundamente y enredándose en la cálida carne húmeda.—Abrázame —susurró, mientras jadeaba por aire—. Rodéame con los brazos.—Los brazos de Jimin obedecieron, pero su abrazo era débil.—Más apretado, Jimin. Abrázame más fuerte.

Taehyung movió una mano entre ellos y la deslizó hasta abrir el botón de los vaqueros de Jimin. Bajando la cremallera, buscó la erección del hombre más joven, sólo para encontrar la carne fláccida. Tomando las flojas pelotas, su mano encontró un anillo en la polla, tan apretado que era peligroso. El flujo de sangre a su pene y pelotas también estaría constreñido.

Si el daño era permanente, Jimin sería con seguridad un eunuco.

Los dedos de Taheyung hurgaron para liberarlo, pero no pudo quitarlo.

—Jimin, quiero quitarte esto. ¿Cómo se abre?.—El cuerpo contra Taehyung se tensó.

—Mi Amo dijo que no podía quitármelo. Sólo para rasurarme. Taehyung retiró su mano de los vaqueros. Usando ambas manos tomó la pálida y pecosa cara y obligó a Jimin a mirarlo a los ojos. Una decisión precipitada, pero ya estaba tomada, sin embargo.