Capítulo 3

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El amanecer llegó, con Taehyung sintiéndose más descansado de lo que se había sentido en mucho tiempo. Dejó la fiesta antes de que comenzara realmente. No creía estar listo, aún, para algo más que socializar, y la única persona que había atraído su interés, era el tímido pelirrojo. Hacer una escena en público, no habría sido una buena idea.

La pálida luz del sol se filtraba por las ventanas. Eran los primeros días de primavera, se esperaba que fueran más claros y cálidos de lo normal.

Tenía una cita, para almorzar, que aguardaba con gran interés. Obtener información de Jimin, anoche, se había parecido al juego de las veinte preguntas. El pálido joven sólo contestaba preguntas directas. Taehyung quería saber más. En vez de seguir con la conversación forzada, le pidió a Jimin que almorzara con él. Tal vez, sin un montón de gente mirándolos, Taehyung podría obtener más respuestas.

El reloj indicaba casi las nueve. Se estiró perezosamente y fijó la vista al techo. Entre su curiosa mente, meditando sobre Jimin, y los vasos de whisky que había bebido, no mantuvo su habitual conversación nocturna, con Jungkook.

—Necesita a alguien —susurró—. Y yo también. Sé que lo entiendes. Eso no significa que no te extrañe. Siempre te amaré. — Las familiares punzadas de lágrimas lo hicieron parpadear rápidamente—. Tal vez, ayudarlo a curarse, me ayude a mí también.

Rodando fuera de la cama, se dirigió a la ducha. No había decidido dónde llevar a Jimin a almorzar. Traerlo aquí no era una idea muy buena. El joven podría sacar conclusiones erróneas de eso. Almorzar en un lugar tranquilo y público sería una idea mejor.

Algún lugar que no fuera tan amenazador, que no se relacionara con el mundo BSDM, probablemente sería lo mejor, pero la tendencia al servilismo de Jimin podría ser embarazosa.

Jungkook había mostrado respeto a Taehyung en casa o en clubes o casas de amigos de  similar mentalidad, donde era apropiado.

El agua caliente derramándose en él, se sintió bien. De pie, con las manos contra el frente de la ducha, dejó que el agua cayera sobre su cabeza. Sus pensamientos regresaron a Jimin.

La pálida cara, salpicada de pecas y sus tristes ojos verdes, había revoloteado en sus sueños. El respeto casi natural y la sumisión de Jimin hicieron que su polla también se interesara. La idea de sus piernas, abiertas completamente, para el placer de Taehyung, lo hizo jadear de excitación. Su polla se engrosó, al imaginar las pecas en la espalda y el culo del joven. Por su pigmentación, el hombre era obviamente pelirrojo natural, pero se preguntó si su ingle estaría afeitada o si el vello sería del mismo color que el de su cabeza.

La camisa abierta que Jimin llevaba anoche revelaba un pecho lampiño, músculos suaves y diminutos pezones rosados. No tenía piercings visibles, ni siquiera en las orejas. Sus labios eran mucho más llenos que los de Jungkook.
lo tentaban. Taehyung no había tenido un orgasmo satisfactorio, desde antes de la muerte de Jungkook. Masturbarse, con el solo propósito de descargarse, no le interesaba. En las raras ocasiones, cuando se ponía duro, la necesidad se aplacaba, incluso antes de correrse. Pero imaginar esos pálidos ojos verdes mirándolo, con los labios de Jimin apretados alrededor de su polla, lo hicieron tomar la inflamada erección en sus manos. Unos cuantos bombeos rudos, y vio su semilla girar alrededor del desagüe de la ducha y ser arrastrada.

Quizás, su casa sería el mejor lugar para almorzar. Si se convirtiera en algo más que un almuerzo...

[...]

La puerta de la residencia de Seokjin se abrió, antes que Taehyung tuviera la posibilidad de llamar. Cuando entró, Jimin se mantuvo silenciosamente a un lado. Seokjin esperaba en la sala de estar con Jisoo.

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