Capítulo 12

559 94 12
                                    

Jimin despertó solo e, inmediatamente, extrañó el calor del cuerpo de su Amo. Un temblor lo atravesó, al recordar la pasada noche. Su antiguo Amo lo había usado a menudo, había dejado que sus amigos lo usaran, pero nadie nunca lo había tocado como el Amo Taehyung.

Su cerebro no podía racionalizar la experiencia. Todas las veces que le habían exigido que satisficiera a alguien, jamás lo había cuestionado. Eso debía hacer un esclavo, obedecer.

El recuerdo de la caliente lengua de su Amo, penetrando su culo, hizo que su polla se endureciera. ¿Por qué su Amo haría algo que sólo le tocaba a un esclavo. El sonido de movimientos en el otro cuarto le recordó su lugar. Un esclavo no debería holgazanear, en la cama de su Amo. Pero el Amo Taehyung le había dicho que las cosas serían diferentes aquí. Las reglas de su anterior Amo no se aplicaban. El placer que el hombre le había dado se lo confirmaban, pero aun así... Salió rodando de la cama, más feliz de lo que alguna vez recordara.

Una ola de pánico se extendió por él. No debía acostumbrarse a esto. Sólo treinta días y dos de ellos ya se habían ido.

[...]

—Hoseok, siento llamarte a tu casa, pero no estaré en la oficina esta semana.—Taehyung caminó hacia el comedor mientras hablaba con uno de sus socios del bufete—.Algo ha surgido.

—Taehyung, sé que has pasado por tiempos difíciles desde la muerte de Jungkook, pero las declaraciones en el caso Hargrave son esta semana.—La irritada voz de Hoseok hizo que Taehyung se estremeciera. Había olvidado todo sobre el caso.

—Está bien, estaré allí para eso el martes. —Debería ser claro. La investigación sobre YoonGi probablemente iba a moverse rápidamente—. Hay otras cosas que deberías saber. Algunas, que tal vez no sean muy favorables para el bufete.

—¿Qué pasa? —la irritada voz de Hoseok fue sustituida, rápidamente, por preocupación.

—Tal vez deberíamos hablar en persona.

—¿Quieres que nos encontremos para tomar un café en la oficina?

—¿Por qué no vienes aquí? —Taehyung no quería dejar a Jimin solo. Esa era la razón principal para ausentarse del bufete.

—Está bien, ¿A qué hora?

—Ahora estaría bien. Hay alguien que quiero que conozcas, de todos modos. —Taehyung confiaba en Hoseok. Se conocían desde la Facultad de Derecho y Hoseok lo sabía todo sobre él.

—¿Alguien? —dijo Hoseok con una nota de diversión en su voz.

—Sí, alguien —Taehyung se dio vuelta para encontrarse con la pálida mirada de Jimin—. Tengo que dejarte. Te veré en unos minutos, ¿de acuerdo?

—Por supuesto.

Taehyung colgó el teléfono, antes que Hoseok pudiera decir algo más. Caminó hacia Jimin. Su pálido rostro era preocupante.

—¿Te sientes bien? No parece que lo estés.

—Estoy bien, Amo. —El leve temblor en su voz no era muy convincente.

—¿Tienes hambre? No comiste nada anoche. Jimin había estado tan agotado que había dormido seguido sin despertar desde el día anterior.

Y después de hacer el amor por la mañana, se volvió a dormir. Debería parecer descansado.

—No, Amo.

—¿Por qué no te acuestas un rato? Uno de mis socios vendrá en unos minutos.

—Sí, Amo.

Nuestro contrato  © vminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora