Capítulo 8

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Jimin parecía cualquier cosa, menos cómodo, con un viejo chándal de Jungkook. Sentado en el borde del sofá, con la espalda recta pero la cabeza inclinada, parecía listo para escapar.
Taehyung se sentó sobre la mesa, enfrentándolo.

—Jimin, algunas personas vendrán a verte mañana.

Un estremecimiento breve comenzó en el cuerpo delgado, pero se detuvo rápidamente.

—Los complaceré como desees, Amo.

Taehyung sacudió la cabeza. Debería haber imaginado que Min YoonGi compartiría a su esclavo.

—Solo quieren hablar y yo quiero que les contestes honestamente.

—¿Sobre qué? —la respiración de Jimin se aceleró, casi jadeando.

—Sobre tu padre adoptivo y sobre tu antiguo Amo. — Taehyung mantuvo su voz severa. Esta sería la primera, verdadera prueba de la obediencia de Jimin—. ¿Entiendes?

Los dedos de Jimin retorcieron el material de los pantalones de deporte.

—Sí, Amo.—El reconocimiento fue un mero susurro mientras sus hombros temblaban.

—Jimin, mi nombre es Taehyung. Dilo.

—Amo Taehyung.

—No, solo mi nombre. —Taehyung se levantó y luego se movió hacia el sofá, junto a Jimin—. Escúchame.—Giró el cuerpo, así podía ver el perfil de Jimin.—Estas personas de mañana, preferiría que no sepan que soy tu Amo. Por mi negocio, mi trabajo, necesito que hagas eso. Si no puedes decir mi nombre, entonces no me llames de ningún modo. Sería más fácil si pudieras llamarme Taehyung. —Pasó una mano por la tensa espalda de Jimin—. Inténtalo.

—Taehyung... —la palabra fue susurrada como una caricia.

—Bien. —tomando la barbilla de Jimin, la levantó hasta quedar frente a frente. Inclinándose sobre él, Taehyung colocó un beso suave sobre sus labios—. Muy bien.

Taehyung se recostó sobre la cama con un suspiro agotado. Le extrañó sentirse tan cansado, considerando que había dormido la mayor parte de la tarde. La tensión de la situación no ayudaba. Metió a Jimin en la cama de Jungkook y lo instruyó para quedarse allí. Dejó muy claro que no quería una repetición de esa tarde. La boca del hombre era una maravilla, pero tenía que aprender disciplina. Mañana no iba a ser fácil. Si tan sólo Jimin pudiera pasar por la entrevista sin desmoronarse. Los pensamientos de Taehyung se agitaban en su cabeza, evaluando todos los resultados posibles. Demasiadas cosas podrían salir mal, pero la entrevista era necesaria.

El sueño no llegaba a pesar de su agotamiento. Bajando de la cama, agarró la bata que colgaba del respaldo y se dirigió hacia la sala de estar. Abriendo la ventana, respiró el aire fresco de la noche. Su casa estaba en un vecindario tranquilo, al menos para lo que era Nueva York. Los sonidos del tráfico eran distantes, pero Taehyung estaba acostumbrado a bloquearlos.

Los pasos suaves detrás de él parecieron ruidosos comparados con los sonidos de la noche. Taehyung no se giró, sino que siguió mirando fijamente por la ventana.

—Jimin, deberías estar durmiendo.

—Lo siento, Amo. ¿Me castigarás? —su tono parecía casi esperanzado.

—¿Quieres que te castigue? —Taehyung se giró para mirarlo. Después de todo lo que Jimin había vivido, su petición dejó a Taehyung atontado.

—Si lo deseas, Amo.

—¿Y qué deseas tú? —dijo Taehyung alejándose de la ventana.

Un rayo de luz, de la farola en la calle, cubría a Jimin. Vestido con un holgado pantalón de deporte y una camiseta, su excitación tensaba el frente de sus pantalones. Tragó con fuerza mientras su cuerpo se estremecía.

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