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Era el día siguiente, 5:50 p.m. y el sol comenzaba a ponerse, Gustabo y Horacio iban montados en un coche negro discreto, para evitar llamar la atención. Se encontraban atentos entre los barrios de mala muerte en la ciudad buscando puntos donde podría venderse droga o tipos sospechosos que pudieran formar parte de alguna banda. La tarde anterior se habían dedicado a cambiar sus aspectos, Gustabo se había teñido el cabello rubio y se había dejado un mostacho sin barba, recorto su cabello dejando corto de los lados y largo de en medio, peinado hacia atrás con un poco de gel usaba una gorra verde militar que lo cubría y llevaba unos anteojos claros, una camiseta negra sin ninguna marca y una chaqueta roja, pantalones verdes militar que hacían juego con su gorra, unos tenis blancos.

Se había puesto un arete negro y perforado en una ceja, se sentía seguro con su aspecto tranquilo y discreto, totalmente lo contrario a su compañero que había optado por un estilo mas exótico. Horacio había dejado su cresta únicamente cambiando el color a rojo, un arete con un brillo colgaba de su lóbulo. Su vestimenta era algo mas de chulo, una camisa blanca con tres botones desabrochados dejando ver parte de su pecho, la parte superior de un traje igualmente blanco con una pañoleta roja pantalón negro al igual que sus zapatos y anillo dorado.

-Tio, insisto en que debiste venir mas discreto, que nos van a pegar nada mas bajemos del coche con esas pintas que me llevas- por milésima vez le pidió a Horacio que se cambiara de atuendo en el día

-Que va, ¡si voy chulisimo!- A lo lejos pudo divisar a una persona con una sudadera sin mangas y una pantalonera, estaba recargado en una farola junto a un callejón -Eh Gustabo, en el callejón de la derecha-

Gustabo dirijo su mirada al chico que le indicaba su compañero y redujo la velocidad del coche y lo aparco del lado contrario del callejón, comenzó a mentalizarse para ir a charlar con el sujeto ciertamente hacia mucho que no hacia este tipo de cosas, desde que comenzó a trabajar para Conway específicamente. Horacio por otra parte se sentía emocionado, excitado incluso. Quería hacer sentir orgullosos a todos pero tenia muy en claro que debía tener cuidado si quería conservar su cabeza, sabia que gustaba tenia labia era un profesional para caer en gracia de cualquier persona y ganarse su confianza rápidamente, pero así como podía ser un tío tranquilo podía volverse un psicópata, impulsivo y debía cuidarlo de si mismo y de que no se le fueran las cabras. Cogió una navaja que tenia en la guantera y la guardo en su bolsillo. Soltó un suspiro y bajaron del coche en camino al callejón caminaron con toda la seguridad del mundo y con una sonrisa de lado cada uno.

La misión arrancó. Acordaron planes y rutas para llegar hasta el objetivo. La idea era funcionar como un reloj, no podían perder tiempo y menos levantar sospecha. Cuando estaban listos entraron en acción. Nada de armas, nada de radios, menos celulares.

-Hombre ¿que tal?- Saludo Gustabo levantando las manos, indicando que iba como amigo y buenas intenciones. Cosa muy necesaria si veían en el tipo de barrio en el que estaban, el chico que tenían delante hizo un ademan a manera de saludo. Gustabo decidió ser directo. -Oye tío...de casualidad, ¿no conoces a alguien por aquí que venda viajes sin salir de casa? Un colega me ha dicho que por esta área podría encontrar a alguien. Tu me entiendes- mintió.

-Uy coño, creo que le preguntas a la persona equivocada, no tengo idea de quien podría manejar ese tipo de cosas- se encogió los hombros.

-¿Estas seguro? Tengo dinero y de verdad quiero comprar algo, es que últimamente he estado estresado-

El sujeto soltó una pequeña risa y les hizo un gesto con la cabeza para que lo siguieran hacia el fondo del callejón.

-Ten la navaja lista, solo por si acaso- murmuro Gustabo mientras observaba al chico caminar, Horacio asintió y se preocupo por tener la mano cerca del bolsillo todo el rato, así en caso de que las cosas salieran mal poder sacarla rápido y poderse proteger. Caminaron detrás del chico, ahora que confirmaron que era camello debían intentar hablar con el sobre el negocio e intentar sacarle algo de información.

Horacio con HDonde viven las historias. Descúbrelo ahora