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Tres semanas habían transcurrido desde el fallecimiento de Gustabo. Cada persona dentro y fuera del CNP se había tomado la noticia de diferente manera, el super intendente se había encargado personalmente de dar un discurso frente a comisaria que fue transmitido en vivo a la ciudadanía por las televisoras, un discurso donde reconocía el excelente trabajo y desempeño de Gustabo durante la investigación lo reconoció como un héroe frente a todos Los Santos y no era para menos puesto que el chico hasta en sus últimos momentos, cuando agonizaba por el insoportable dolor que sentía se negó a tirar la toalla. Todos en la ciudad lo tenían en un pedestal y se referían a el como el héroe de la ciudad, a Horacio eso le enfermaba.

Dentro de comisaria muchos agentes estaban de luto, los mas afectados sin dudarlo eran Horacio y Conway pero ambos demostraban su dolor de diferentes maneras. 

Conway trabajaba como desquiciado y era mas sencillo sacarlo de sus casillas. La mayor parte del día se le escuchaba gritando y soltando porrazos a diestra y siniestra a quien no acatara sus ordenes al pie de la letra. Esto claramente tenia a muchos de sus oficiales disgustados pero nadie se revelaba por temor a las consecuencias que podría tener. Era imposible dialogar con el, pero es que nadie era capaz de entender su dolor y la impotencia que sentía dentro de el, todos los días luego de salir de servicio, ese viejo temperamental que insultaba a todos y se mantenía fuerte frente a su malla, ese mismo hombre que había torturado y asesinado a miles de personas a lo largo de su vida sin rechistar, llegaba a su vació hogar arrastrando los pies y se emborrachaba mientras sollozaba dentro de su helado y solitario cuarto en silencio hasta la mañana siguiente.

Horacio por su parte...era un caso muy peculiar. El cambio tan drástico que había demostrado tenia preocupados a muchos compañeros que lo conocían de cerca, en especial a un comisario Ruso que había comenzado a sentir un apego especial a el. El pequeño Horacio se había alejado de todo el mundo, patrullaba solo, ya no reía ni bromeaba con los demás. Pasaba horas de su día en el cementerio admirando la lapida de su hermano en completo silencio, no lloraba por que Gustabo le pidió infinidad de veces que fuera fuerte, no hablaba con nadie por que Gustabo le había mencionado que la única persona en la que verdaderamente debía confiar era en el y sin Gustabo no tenia a nadie. Sin darse cuenta Horacio comenzaba a reprimir todos sus sentimientos y a encerrarse en una burbuja con el fin de que nadie le tomara por tonto y le dañara.

Y así como había personas que mantenían un respeto hacia el recién fallecido, otras opinaban de una manera un tanto diferente.

—Yo no opino que sea un héroe — Menciono el sub-inspector Brown a sus compañeros en los baños de comisaria. Se mojo la cara con agua para limpiarse el sudor luego de un tiroteo en el que participaron varios oficiales. — Mas bien creo que es un estúpido —

— Joder, macho. Un poco de respeto y empatia, por favor — Pidió ahora Yuu mirando con resentimiento a Brown.

La risa descarada de Brown hizo eco dentro del lugar.

— Ni respeto ni pollas, era un hijo de puta — Agrego recargando su espalda en los azulejos de la pared. — Lo que pasa es que como ahora esta pudriéndose bajo tierra, todos le quieren —

— Quizás si era un hijo de puta, pero era buen policía — Hablo ahora Nikolai con calma.

— ¡Y una polla! El y Horacio llegaron hasta acá única y exclusivamente por que le han estado comiendo el culo a Conway. ¿No han visto como con ellos es o era menos capullo?

Ambos se quedaron en silencio, sin dar crédito a las palabras que estaba soltando su superior.

— Gustabo era un inútil, no sabia ni disparar tío. ¿Que vienen a decirme a mi que es un héroe? — Continuo, un tanto molesto con la situación, si bien ese par jamas le cayo en gracia y ahora venían con el cuento de que eran los mejores policías del cuerpo, el personalmente había tragado mas mierda que los dos juntos y a diferencia de Gustabo y Horacio, el SI merecía su puesto. — Que se jodan, Gustabo, Horacio y Conway. Nadie valora a quien verdaderamente trabaja en esta comisaria. —

Horacio con HDonde viven las historias. Descúbrelo ahora