Se encontraba justo delante de la puerta del departamento de su compañero. Dudando en si debería tocar la puerta o no, por un lado de verdad quería saber como se encontraba y que tan graves eran sus heridas, pero por el otro no sabia que tan apropiado seria y si Horacio se sentía cómodo con la idea de tener visitas, después de todo a el le incomodaba que lo visitaran en el hospital cuando lo herían en algún operativo.
Toco una sola vez, aun con rastros de duda en el, espero un momento para ver si le daban entrada o no. Estaba casi seguro de que lo mandaría por un tuvo y no le culpaba, al contrario. Comenzó a plantearse el regresar a su departamento, pero el sonido de su móvil lo alejo de sus pensamientos, era un mensaje de un numero desconocido pero de inmediato reconoció al remitente de dicho mensaje al leer lo que este ponía.
"Comisario, intenta convencer a el niño de que vaya al hospital que a mi me ha mandado a la mierda"
Se encontraba escribiendo la respuesta al momento de que llego otro mensaje y rodó los ojos al leerlo, pensando en lo innecesario y poco profesional que este era.
"A lo mejor a ti te hace caso, con eso de que lo traes arrastrando;D"
Escribió un simple "Por supuesto" ignorando por completo las declaraciones de Gustabo y se guardo el móvil de nuevo. Sus respuestas por lo regular eran así, sencillas y distantes. Gustabo no le desagradaba, de hecho notaba como el par iba mejorado bastante desde que habían ingresado al cuerpo, pero con el mayor nunca había logrado entablar una conversación y la única relación que tenían era de trabajo. Todo lo contrario a Horacio, era cierto que los últimos se habían vuelto algo cercanos y era de esperarse ya que se veían casi cada semana para que este le informara sobre los avances en su misión, pero el ruso siempre marcaba un estricto limite. Se negaba a encariñarse mas de lo debido con el de cresta, no debía olvidar que eran compañeros de trabajo y en cualquier momento podía sucederle algo a cualquiera de los dos, tenían uno de los trabajos mas riesgosos de la ciudad, Horacio en especial ahora que iba de infiltrado tenia mas de una bala en la frente y si no era cuidadoso podían llegarle antes de tiempo. Se froto los ojos a la vez que la puerta frente a el se abría despacio, dejando ver la figura de un Horacio con expresión adolorida y cansada, un hilo de sangre recorría su rostro desde su frente hasta su mentón, estaba encogido sobre si mismo con una mano sosteniendo su abdomen, su mejilla derecha tenia un corte algo superficial que provoco una leve inflamación y enrojecimiento.
Horacio intentaba disimular su dolor sin nada de éxito, convirtió su mueca en una sonrisa al ver quien era la persona que estaba del otro lado de la puerta era su comisario favorito, pero la elimino casi de inmediato al sentir una punzada en su mejilla, observo como Volkov le miraba de arriba a abajo sin decir absolutamente nada y con una mueca de disgusto. Derrepente el ruso se acerco a el y lo tomo de la cintura en un agarre firme pero con mucho cuidado, tomo el brazo de Horacio y lo paso por detrás de su cuello para que este se apoyara en el.
-Venga, te llevo adentro a curar tus heridas y aprovechas para contarme lo que te paso- dijo.
El menor solo atino a asentir y se dejo ayudar por su compañero, este lo guió hasta la sala de estar y lo recostó con delicadeza en el sofá mas grande, le coloco un cojín pequeño color negro con destellos grises detrás de la cabeza para que se sintiera mas cómodo, se puso en cuclillas y comenzó a revisar la herida de la cabeza, era poco profunda y probablemente necesitaría suturarla para que cerrara bien, pero antes de cualquier cosa debía desinfectarlo e ir por lo que necesitaba a su departamento. Se puso de pie a la vez que hablaba.
-Vas a necesitar puntos para la de la cabeza, iré a mi departamento por un botiquín y a quitarme esta ropa- señalo su atuendo de comisario -vuelvo enseguida, evita ponerte de pie ya que al hacer esfuerzo provocas que sangre mas-
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Horacio con H
Fanfiction-Preferia morir antes que verte morir a ti...eres mi hermano y siempre has estado conmigo, cuidandome y liandola- Su voz era debil y se notaba la tristeza en ella -Gracias por nunca dejarme.