CAPÍTULO 6

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La puerta se abrió de golpe.
-¿Christopher? -Dulce estaba sorprendida de verlo.
-Por poco no me reconoces ¿eh? -dijo el
dolido.
-¡Que ******* eres Christopher! -dijo ella algo
Divertida -solo que no creí que vendrías, Poncho
Me dijo que Smith te castigó.
-Fue un buen castigo -dijo recordando como
Se la tiró -¿puedo pasar?
-Claro, pasa -entraron, se dirigieron al sofá.
Ella le ofreció un vaso de jugo que él aceptó. Se
sentó con él.
-Así que hoy no me esperaste -dijo él fríamente. Ella se tensó, se sintió bastante mal
por no haber esperado a su amigo.
-Lo siento Chris , olvidé avisarte que Nicolás
pasaría por mí -dijo ella acariciando la cara de
su amigo. Por un momento, olvidó el motivo de su enojo. Suspiró ante el toque, su
corazón se aceleró como nunca.
-Está bien, te perdono -dijo el cediendo ante
ella, no podía enojarse, ella era demasiado
buena.
-Te quiero ¿lo sabías? -ella se lanzó en sus
brazos a abrazarlo, el contacto de su cuerpo
contra el de ella lo hizo estremecerse, sin que
ella lo notara. -eres el mejor amigo del mundo.
-Yo también te quiero -dijo el suavemente. "Si
tu supieras cuanto" pensó.
-Bien ¿y qué tal el castigo? - Christopher se tensó un
poco pero luego sonrió. Nunca desperdiciaba
un momento para intentar darle celos, que
aunque no resultaran como el planeaba, aún
mantenía la esperanza.
-Cumplí la apuesta -dijo orgulloso. Ella
arqueó una ceja. -me la tiré, en su oficina.
-¿Hablas enserio? -preguntó ella anonadada.
-Sí, mira, estaba escribiendo todas las
idioteces que se le ocurrieron como castigo,
entonces le pedí ayuda en algo, esa era la
excusa, y bueno allí la acorralé contra la pared,
le puse seguro a la puerta y la subí en el
escritorio -dijo orgulloso -entonces...
-No quiero saber más -dijo ella con asco en su
cara.
-Gritaba como loca -se burló -sobre todo cuando la volteé y...
-¡CHRISTOPHER! -gritó ella abriendo los ojos. Se
río divertido ante la reacción de su mejor amiga
-supongo... que usaste protección.
-Al principio Smith no quería, decía que no era
igual con eso puesto -ella puso los ojos en
blanco, mientras Chris reía. -pero le dije que
era muy pequeño para tener hijos, ella río y
bueno, me lo puse. Debo admitir que tiene
mucha experiencia, digamos que ha sido una
de las mejores que he tenido -dijo .
-¿Es esto lo que quieres para ti, Christopher? -preguntó un poco sorprendida. Chirstopher
arqueó una ceja. - ¿por qué no
encuentras una chica y tienes una relación
seria? -Chris suspiró rodando los ojos.
-No creo en el amor -dijo el finalmente.
-¿Por qué? -preguntó ella. La miró
fijamente, su rostro de ángel, esos ojos
marrones grandes e inocentes, esos labios
carnosos y deseables, su piel tan brillante
contrastada con sus mejillas la mayoría de las
veces con un color sonrojado. Ella era el motivo, por ella, no podía amar a nadie más.
-Porque... porque no -dijo Christopher .
-Eso no es una respuesta, -dijo ella
Chris frunciendo el ceño.
-No entenderías -dijo
-Si no quieres decirme, estás en tu derecho. -dijo ella finalmente. La
amaba pero no podía decirle que era ella el
motivo de su decepción en cuanto al amor. Si
tan solo supiera que lo volvía loco.
-¿Qué tal todo con Nicolas? -preguntó para
desviar el tema. Aunque le doliera como nunca
hablar del tema con ella, preferiría eso antes de
quedar al descubierto.
-Es un gran chico -dijo ella. Sus ojos brillaron,Christopher sintió su estómago apretarse -quizás es
algo rápido, pero me gusta estar con él. Pasará
todos los días por mí para ir al colegio,Christopher
arqueó una ceja. -lo siento Ucker...
-No... no importa, debes conquistarlo -dijo el
fingiendo una sonrisa. Ella ni siquiera notó lo
forzada de esa sonrisa que escondía todo su
dolor.
-Gracias -dijo ella sinceramente. Lo abrazó
otra vez. Chris cerró los ojos con fuerza
mientras sentía su frágil cuerpo contra él.
-Para eso están los amigos, mi vida -dijo
dulcemente.
Ella sonrió, sabía que Christopher era un amigo
excepcional, quizás no era un buen chico con
las mujeres, pero para ella era el mejor amigo
que existía.
-Te quiero Christopher -dijo ella besándole la
mejilla. El sonrió de forma casi paternal,
observándola con ternura. Ese simple contacto,
casi le quemó la piel. Era como si todo lo que
ella hiciera fuera sensual, absolutamente todo.
-Yo también te quiero princesa -dijo él
sonriendo.
-¿Qué tal una partida de X-box? -preguntó ella
desafiándolo. Chris sonrió y de inmediato
aceptó, corrieron escaleras arriba y
comenzaron a jugar. Siempre se entretenían
así, estaban hechos el uno para el otro en
cuanto a personalidades, eran inmaduros en
cuanto a juegos, maduros cuando debían serlo,
a excepción de la necesidad de Christopher por
acostarse con todas las chicas de la
secundaria. Pero fuera de eso, el era
maravilloso. Ella lo quería mucho, nunca de la
forma en que ella quiere a Nicolas, siempre como
un hermano.
-Te gané -dijo finalmente sacándole la
lengua.
-¡Tramposo! -dijo ella frustrada
-Mala perdedora -dijo el sonriendo
-No soy mala perdedora -dijo ella riéndose.

Christopher la miraba embobado. Su risa, quizás lo
que más amaba. La forma en que sus labios se
curvaban cuando reía, definitivamente lo
maravillaba.
-Debo irme, tengo que juntarme con Christian en
una hora -dijo así que... nos vemos -ella asintió. Christopher se acercó y le besó la mejilla
-te quiero -dijo en un susurro. Ella sonrió.
-Yo también.
Christopher se marchó a su casa, debía cambiarse de
ropa para salir con Christian. Aún en el camino
pensaba en ella, quizás tenía razón, quizás
necesitaba cambiar. ¿Qué tal si el cambiaba y
ella se fijaba en el por fin? Podría ser una
buena opción, quizás eso era lo que
necesitaba.
-Hola Uckerman-lo saludó Christian cuando pasó por
él. Se dieron la mano.
-Hola duendesillo -dijo Christopher dando una forzada
sonrisa. Christian era uno de sus mejores amigos,
lo conocía bastante. Siempre sabía lo que
pasaba con él.
-¿Estás bien Ucker? -preguntó Christian
observándolo con cuidado. Ucker asintió
sonriente, pero algo no lo convencía. Christian lo
observó sin decir nada más, mientras
manejaba hasta la casa de Poncho, donde más
tarde, tenían una junta con chicas.
-Llegó el alma de la fiesta -dijo Marcos divertido
-el caza mujeres mayores - Christopher sonrió y los
chicos rieron con gracia.
-Sí, y ahora quiero usar tu moto. -dijo Christopher
mientras se apoyaba en la pared. Poncho arqueó
una ceja.
-No creo que te la hayas tirado ya ¿o sí? -preguntó Marco sorprendido.
-Amigo, puedo usar tu moto cuando yo quiera,
me la tiré en la tarde -dijo mientras sonría de
forma engreída y satisfecha. A Poncho casi se le
salieron los ojos, mientras Christian tosió y Marco
arqueaba una ceja.
-¡No sé si creerte! -dijo Poncho desconfiado, pero
aún así sorprendido.
-Pasado mañana tenemos matemática, así que
verás lo nerviosa que se pone -dijo Christopher
mientras tomaba asiento. Christian le dio un vaso con cerveza.
-¿Y qué tal? -preguntó Marco
-Es buena -admitió -mejor que Sandra,
aunque definitivamente la mejor fue lejos
Tifanny, esa chica si que sabía lo que hacía -todos rieron.
Sus caras eran lo más divertido, se deformaba -todos rieron.
-Eres un ganador, Uckerman -dijo Poncho divertido.
-realmente quería tu consola, pero ¡Vamos!
Puedes con todas. -Uckerman sonrió melancólico, había una con la que no podía, solo una. La que lo volvía extremadamente loco.

FAll IN Love || ʋօռɖʏ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora