CAPÍTULO 7

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Al día siguiente, Christopher no quiso ir a la escuela.
Estaba más deprimido que nunca. La noche
anterior, cinco chicas habían estado con ellos.
La gran diferencia, es que las chicas de Christian y
Marcos , eran chicas que a ellos les gustaban, mientras Poncho y él conocían
recién a las chicas. Como era de esperar, Christopher
tuvo relaciones con ella, en el baño. ¿Qué pasaba con él?
-Vamos, no puedo ser tan malo ¿o sí? –se preguntó mientras tomaba una ducha. El agua tibia recorría su cuerpo, mientras recordaba a la rubia de la noche anterior. Tenía un cuerpo espectacular, y le había propuesto otra cita,
pero él se había negado y había recibido una
cachetada. No quería más esta vida, pero no
tenía idea como cambiarla.
Su celular de pronto interrumpió sus
pensamientos. Contestó, la voz de su mejor amiga, totalmente quebrada y destruida, lo alarmó.
-¿Dulcee? –preguntó preocupado -¿pasa algo?
-Escapé del colegio, ¿puedes venir a buscarme? –estaba llorando, su voz la
delataba.
-Claro preciosa, voy enseguida, espérame en la
esquina –cortó el teléfono y tomó sus llaves,
prácticamente corrió hasta el colegio. En la esquina, estaba ella. Hermosa, como siempre, un vestido dejaba ver sus bonitas piernas, su
figura se veía perfecta. Se acercó a ella, le tocó
el hombro. Ella volteó y al verlo, se tiró sobre él
y se lanzó a llorar. Su corazón se apretó al
escuchar su llanto, la forma destruida en que sollozaba. El la abrazaba y le decía que todo estaría bien, mientras ella escondida en su
pecho, respiraba con dificultad. El le tomó la
mano y la hizo caminar, necesitaban llegar a su
casa, no quería que nadie la viera así.
Llegaron, el fue por un vaso de agua, la hizo
sentarse, la miró mientras ella con cierta dificultad bebía el vaso de agua. Ella suspiró largamente mientras cruzaba las piernas y se
acomodaba. Christopher miró disimuladamente sus
piernas descubiertas, e intentó mantener la
compostura. Ella lo provocaba.
-Ahora me contarás claramente que pasó –dijo
mientras la miraba fijamente. Ella asintió, Christopher se dedicó a observar sus facciones. Sus
labio inferior temblaba, siempre le pasaba
cuando lloraba o estaba nerviosa, sus ojos
cristalinos y rojos producto del feroz llanto, lo miraban con temor, con inseguridad. Sus mejillas tomaron un color rojo.
-Amy… -susurró. Christopher como por arte de magia
prácticamente pudo comprender casi todo.
Amy, era una chica que solía juntarse Sandra y ese grupo. Capitana de las porristas, una morena con una figura realmente
maravillosa, de unos grandes ojos verdes. Se había acostado con la mitad del colegio, o más.
Christopher no fue la excepción.
-¿Qué te hizo? –Pregunto. Ella odiaba
con toda su alma a Dulce, la razón estaba ahí,
con sus rulos rebeldes cayendo por su frente y
observándola.
-Me dijo cosas horribles –dijo ella mientras las
lágrimas volvían a caer por su rostro, ese
perfecto rostro de ángel que Chris deseaba. –me gritó que era una arrastrada, delante de todos, me tiró bebida en el vestido solo porque
choqué con ella, luego… -le costó hablar y describir lo que había pasado –me dijo que tú eras mi amigo solo por pena, porque yo era una
estúpida que estaba sola todo el día, que ningún chico me pondría atención… le dije que estaba equivocada, pero me dijo ¿Hablas de Nicolas? Puedo decirte que anoche estuvo en mi cama. Solo se metió contigo para alejarte de Christopher, porque se lo pedí. Entonces Nicolas miró
hacia otro lado y yo… me siento mal –dijo –me
trató de gorda horrible, y me dijo que…
-¿Qué cosa? –preguntó  Christopher mientras sus puños se presionaban.
-Que probablemente mi madre no me tomaba
en cuenta porque desearía nunca haberme
tenido –entendió porque estaba destruida. Su
madre no era muy comunicativa, y solía
preocuparse de otras cosas más que de ella.
Ella tapó su rostro y siguió llorando. Christopher
sintió su pecho apretado al verla llorar de esa forma.
-Ven acá –le dijo indicando sus piernas.
Cuando Dulce Maria estaba triste, ella solía sentarse
en sus piernas, y apoyarse en su pecho  mientras el le decía un montón de cosas que la animaban. Ella obedeció.  cerró los
ojos al sentirla tan cerca. Ella seguía llorando –escucha ¿tu le crees a Amy? Ella es una
estúpida y pobre tipa, quien no tiene nada mejor que hacer que molestar, ella no es como tú, no caigas en su juego. –le dijo con ternura. –ella tiene amigos falsos, una vida de
distorsión, y se acuesta con todo el imbécil que
se le cruce. –ella lo miró, con una mueca extraña.
-Tú también haces eso, no eres el mejor para
hablar de ella de esa forma… -dijo ella dolida
-Pero yo no tengo falsos amigos y no ando
molestando a nadie ¿cierto? –ella asintió.
-Los chicos y tú no pertenecen a ese grupo –Dijo ella –ustedes no son como ellos, tú tampoco Chris –ella se levantó un poco y lo
miró a los ojos, esos ojos verdeazulados la
miraban con cautela –tú… eres diferente Christopher,
cuando estás conmigo eres una persona, y con
ellos eres otro. Todo lo que haces es para
seguir con ellos… no lo hagas, no cambies tu
esencia… -pidió ella. Por la mente de la muchacha cruzó la idea de un futuro juntos,
donde el no fuera el mujeriego que era, ella
estaría profundamente enamorada de él. Pero
no, no podía permitírselo, no cuando él se acostara con toda persona con pechos y un buen trasero.
-¿Qué te hace pensar eso? –preguntó Chris un
poco desafiante. Ella lo miró a los ojos,
casi sintió que el cuerpo no le respondía al
fijarse en sus ojos marrones.
-Lo veo en tus ojos –respondió ella. –lo siento Chris, te conozco. –esa afirmación logró hacer
Latir locamente en corazón de Christopher. Luego de
Un largo silencio, ella dijo algo que lo sorprendió –Ucker, quiero que nos emborrachemos.

FAll IN Love || ʋօռɖʏ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora