Uno.

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No sabía a qué venía todo esto, pero era muy raro encontrarse a mis padres entre semana y a a estas horas en mi casa. Estaban comiendo pastel, esperen ¿desde cuando comen pastel? Estoy seguro de que me he perdido de algo.

-¿Ha pasado algo importante como para que estén aquí comiendo pastel? No, alto, ¿a qué huele? ¡Oh Dios, hay pizza en el horno! ¿QUÉ ESTÁ PASANDO AQUÍ? --Retrocedo hasta pegar mi esplada contra la pared.

--Calmate, Ty, sólo tenemos permiso para estar contigo en tu cumpleaños. Espero y no te moleste. -Nunca hemos pasado ningún cumpleaños juntos gracias al trabajo de mis padres.

Cuando mi madre cumple años, ellos están viajando por el río Nilo; cuando es el cumpleaños de papá, ellos están acampando en el Amazonas. Ah, y cuando somos nosotros, ellos están escalando alguna montaña imposible.

¿No les dije que tengo un hermano gemelo? Bien, lo tengo, se llama Richie y es prácticamente igual a mí, sólo porque su cabello es mucho más largo que el mío y su ceja está adornada con un aro de metal.

Como si me hubiera leído la mente, Richie entra en el comedor y besa mis dos mejillas a modo de saludo; contorsiono mi cara porque es muy raro que él me salude así. Además de que nunca me besa las mejillas.

-Buenos días hermanito. Feliz cumpleaños.

-Feliz cumpleaños, hermano.

Los miré mientras Lucía sacaba la pizza del horno y la dejaba en el comedor con cuidado de no tirarla y no quemarse. Su hija menor salió detrás de ella y nos sirvió el jugo en vasos de vidrios. ¿Desde cuándo ella trabajaba aquí? ¿Desde cuándo Lucía hacia pizza? ¿Desde cuándo mis padres tenían permiso de pasar un día acá?

-Extrañabamos Dublín, cariño, no es fácil estar lejos de tu ciudad natal tanto tiempo. -Mi madre me tomó por los hombros y me hizo sentarme en la mesa.

Sirvió una rebanada de pizza en mi plato y me acercó un vaso con el liquido color verde que tanto me gustaba. Limonada.

Le di un mordisco a mi rebanada.

-A ver ¿cuál es el truco, papá?

Mi padre pareció sentirse ofendido con mi pregunta, pero unos segundos después de irguió en la silla y me miró con ojos duros. Susurró un nohaytrucoy dirigió sus ojos a mi madre, quien esperaba pacientemente a que Richie le sirviera algo de limonada.

-Tu padre quiere decir que estamos aquí porque hemos tenido el día libre -mi madre siempre tan honesta -, eso es realmente lo que pasa, pero lo estamos endulzando para que no te duela.

-¿A mí nada más? ¿Que hay de Richie? Él también tiene corazón.

-Pero parece que a ti te afecta más el trabajo de nuestros padres que a mí, yo ya lo he asumido.

-¿Así que yo no lo he asumido? -Pregunté claramente molesto, porque era verdad.

-Sí.

Me recargue en la silla con cansancio y observé a mi familia seguir comiendo tranquilamente. Vayacumpleaños. Me sentía mal y el apetito se había alejado de mi ser completamente.

Tomé mi mochila y me retiré de la mesa.

-

Nadie fue a buscarme cuando me había encerrado en mi habitación.

Compartía cuarto con Richie (a pesar de tener ya nuestros dieciséis años) y se hacía verdaderamente anormal e inusual que mi hermano no hubiera venido ya para tirarse en su cama y ponerse a leer cualquier cosa sobre zombies.

Radiactivo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora