Capítulo 9

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Alicia Wails (madre adoptiva de Sheila)

Se gira y se pone pálido al verme.

— ¿Qué haces tú aquí?—me pregunta con furia.
— ¿No lo puedes adivinar?
— Ve al grano.

Me siento a su lado.

— Esperaba que por lo menos me saludases.
— No te hagas la inocente.
— La oferta... sigue en pie.
— Lo obtendré por mis propios medios.
— ¿Acaso sabes todo el daño que has causado?
— ¿Acaso sabes todo el daño que nuestro padre me causó?
— Carl, olvídalo ya. Tú... ¿no me has echado de menos todo este tiempo?—digo bastante dolida.

— ¿Familia Park?—pregunta de repente una enfermera tras haber salido de la sala de operaciones con un doctor.

— Sí, soy yo.

Carl se levanta y se acerca a la enfermera. Yo lo sigo. Asier era un niño la última vez que lo vi.

— No ha habido ningún problema con la cirugía. De todas formas, el paciente necesitará unos días hasta poder recuperar la consciencia.
— Está bien, gracias.

— ¿Y la chica que iba en el coche con él? ¿Dónde está?— pregunto yo.

Mi testarudo hermano reacciona por fin. Se da cuenta de porqué estoy aquí.

— A ella le hemos tenido que coser algunos puntos, por lo demás, se encuentra perfectamente. Debería poder despertarse dentro de unas horas.
— Gracias.

El doctor se va seguido de la enfermera.

— ¿Asier y Sheila han estado juntos?—me pregunta.

— Bingo.—respondo.
— ¿Ya lo sabías?
— Me acabo de enterar.
— Ellos son primos. Asegúrate de que no haya nada entre ellos.—advierte con un semblante serio y frío.
— Eso no será necesario. Si ellos se casaran, ¿no tendrías lo que siempre has querido?
— No de esa forma. Además, llevan la misma sangre, es imposible.
— ¿Quién ha dicho que llevan la misma sangre?

Adopta una expresión de incredulidad.

— Sheila es tu hija. ¿Verdad?—pregunta desorientado.

Suspiro.

— Tengo que irme. Ya es tarde.— digo para después darme la vuelta y dirigirme al ascensor.

Tal vez he hablado de más. Es mejor dejarlo así.

Sheila Koko

Negro. Todo es negro. Estoy muy desorientada. Estoy tumbada, pero no en mi casa. Lo sé porque esta cama es un poco... incómoda. ¿Qué día es hoy? ¿Qué hora es?

Necesito saber dónde estoy. Siento cómo si hubiera dormido durante mucho tiempo; tengo que estirar las piernas o me va a dar algo.

¿Qué fue lo último que me pasó? Veo en mi mente una imagen borrosa y entrecortada del chiflado quitándose el cinturón de seguridad del coche a la velocidad de la luz; luego otra imagen; ¿me está abrazando? Más bien parecía cómo si intentara... ¿protegerme?

Oh, recuerdo... el sonido de unas sirenas de ambulancia. Cierto, nos debimos de chocar con aquel coche.

Me duele la cabeza. Intento abrir mis ojos, pero la repentina luz me obliga a cerrarlos.
Intento mover una mano para taparme de la luz, pero algo no me deja. ¿Una... cuerda? ¿Qué es?

Vuelvo a intentar abrir mis ojos, acostumbrándome poco a poco a la luz.

Lo primero que veo es un techo blanco.
Ladeo mi cabeza hacia un lado y veo a mi madre biológica, dormida en un sofá justo al lado de...la camilla en dónde creo que me encuentro.

Beat you, but love youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora