Beat you, but love you

Capítulo 14

Asier Park

Un rayo de luz me despierta.
Abro los ojos lentamente y voy recordando todo lo sucedido anoche.

Me incorporo sentándome sobre la arena.
Sheila no está. ¿Adónde ha ido? ¿Me ha dejado sólo?

Ella no se encuentra aquí, pero su móvil sí por lo que veo. Se lo habrá dejado.

Lo recojo y me lo guardo en el bolsillo de mi vaquero. Iré a su casa para devolvérselo.

Bueno, tampoco sé si está en su casa. Después de lo de ayer, no me imagino lo mal que se sentirá.

Quería consolarla; subirle el ánimo. Creo que lo conseguí. Este lugar siempre ha sido especial para mí.

Me pregunto qué piensa ella acerca de mi espontánea confesión. No era mi intención decírselo, pero la euforia del momento me hizo hablar inconscientemente.

No me dijo nada al respecto, así que yo tampoco tocaré el tema. No quiero ser pesado.

Me restriego un poco los ojos para espabilarme y me levanto para salir de la cueva.

Me sacudo la ropa mientras camino y llamo a un taxi.

Sólo con nombrarle al conductor el nombre de Sheila Koko, me dice que sabe la dirección de su casa.

Durante el trayecto vuelvo a pensar en mi padre. ¿Cómo puede ser que nunca me dijo que tenía una hermana?

La relación que he tenido con él no ha sido muy buena, pero eso no me lo esperaba.

Él siempre ha puesto demasiadas expectativas en mí; quería que estudiara economía para que en un futuro pudiera ser exitoso.

Le gustaba hacer escándalos por cosas pequeñas.

Flashback

— ¿Por qué no?— preguntó mi padre un poco nervioso.

— Ya te lo he dicho, he escrito cosas muy personales en ese diario como para dártelo ahora.—dije explicándome.

— No me importa, arranca las hojas si quieres, pero el diario me lo tienes que devolver.

— ¿Por qué me haces un regalo que luego me vas a pedir de regreso?

— Es una tradición en nuestra familia regalar un diario con las iniciales del nombre, pero me equivoqué y te di el que me regalaron a mí a tu edad. ¿No te diste cuenta de que las iniciales no coincidían con tu nombre, sino con el mío?

— Pues no. Pero no te lo puedo dar.

Básicamente porque lo he perdido.
Pensándolo bien, ahora todo cuadra. No tenía sentido que me regalara un diario viejo y usado, con hojas arrancadas.

— Escucha, es una orden. Dámelo.
— No puedo.
— ¡En ese diario hay cosas muy importantes!
— ¿Qué puede haber en un diario en blanco?
— No es asunto tuyo.
— Lo perdí. Perdí el diario, no sé dónde está.

Lo siguiente fue una bronca y un ataque de cólera por parte de mi padre.

Fin del flashback

De todas formas, lo que más importa es la razón por la que han ocultado que son hermanos.

Algo muy grave debió pasar para que esto se haya convertido en un tema tan delicado.

Además, Sheila tiene dos madres, debe ser difícil para ella. Lo que le dijo su madre adoptiva me dolió hasta a mí.

Cuando estuvimos encerrados en clase, me hubiera desmayado si no llega a ser porque ella estuvo ahí para ayudarme.