Capítulo 3

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¿Su chaqueta? ¿Su?

— ¿Es tuya?
— Sí, ¿cómo ha llegado hasta ti?
— ¿Cómo sabes que es tuya?
— Esa hoja naranja bordada en el bolsillo, la cosí yo.

Oh no. ¿El chiflado de la bicicleta me ha prestado la chaqueta de su novia? Estoy metida en un gran lío.

— Escucha, no es lo que crees, te lo juro.
— ¿Ah no?
— No, no, no. Es sólo que, mira —digo mientras le enseño la parte rota de la falda.— esta es la única razón por la que tu novio me la  ha prestado.
— Con "mi novio" te refieres a... ¿Asier?

Es verdad. El chiflado se llamaba así.

— Sí, sí, él. Nos acabamos de conocer hoy, no ha pasado nada; nadie te ha puesto los cuernos.—explico rápidamente.

— ¿Debo confiar en ti? —pregunta con una sonrisa pícara.
— Por supuesto, jamás saldría con él.
— ¿Jamás saldrías con mi hermano?

¿Qué? No entiendo nada. ¿No es ella su novia?

— ¿Tu... tu qué?
— Mi hermano. ¿No saldrías con él?

Su hermano. ¿Irina siempre ha tenido uno?

Me mira con una sonrisa de medio lado, se está aguantando la risa. Parece estar divirtiéndose con todo esto.

— ¿De qué estáis hablando? ¿Por qué saldrías con el hermano de Irina? —dice Laia dirigiéndose a mí.

La ignoro.

— Entonces... vosotros dos... ¿sois hermanos?
— Así es. Es la primera vez que es tan atento con una chica. ¿Segura que no ha pasado nada?

Por supuesto que no. ¿Quién saldría con ese chiflado? Si ha pasado algo, se llama desastre.

— No, no, segurísima.

Espera, entonces eso quiere decir que simplemente tengo que darle la chaqueta a ella.

— ¿Te la puedo devolver mañana? — pregunto señalando la fina tela blanca.

— Mmm en realidad, se la había regalado a Asier.
— Oh, entonces, ¿se la das de mi parte?
— Será mejor que se la devuelvas en persona.
— ¿Por qué?
— Porque... —hace una larga pausa.
— ¿Por qué qué?
— ¡Ya sé! —dice mientras chasquea sus dedos.— él es muy sensible. Te lo ha prestado personalmente, querrá que se la devuelvas de la misma forma.

Sí; personalmente me la lanzó, casi me da en la cara.

¿Pero por qué siento que desde que ha llegado no para de tomarme el pelo?

— Nos acabamos de conocer hoy, no creo que sea tan sensible.
— Bueno, bueno, ya hablaremos de eso más tarde. ¿No tenéis que hacer un trabajo?
— Sí, acabo esto rápido y empezamos —digo mientras miro cómo va Laia con su comida. También tiene su plato casi acabado.

— Oye, nadie me ha respondido. ¿De qué estabais hablando?
— Nada, nada interesante. —me apresuro a responder antes de que Irina diga algo que Laia pueda malinterpretar.

Irina ya había comido antes de llegar, y nos cuenta que ha traído una cámara para grabarnos. Cuando acabamos lo que nos quedaba por comer bajamos a la sala de diseño.

— ¿Ya has mirado los patrones que debemos seguir, no? — me pregunta Laia.
— Claro; de hecho, seguro que vengo más preparada que tú.
— Eso lo dudo. ¿Quién te crees que ha preparado todas las telas y todo el material para coser?

Vuelvo a ignorarla y me enfoco en una tela que me llama la atención.

— Usemos esta. Va a quedar genial.
— Claro, ¿por qué no eliges una más fea?

Beat you, but love youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora