Capítulo 18

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Para las chicas el primer beso es muy importante, más aún con quién compartas ese momento.

¿El mío? Con un chiflado, encerrados en un baño diminuto, mientras no paramos de oír "voy a cagarme en los pantalones, date prisa".

A pesar de todo, este beso se siente genial.
No soy capaz de pensar de forma coherente. Sólo me estoy dejando llevar por la pasión y el deseo. Y Dios, debo reconocer que me está encantando.

Noto los latidos de mi corazón en mi pecho, mientras el chiflado me acaricia la mejilla con su pulgar.

El beso empieza a intensificarse mientras noto sus carnosos y deliciosos labios junto a los míos. Estoy disfrutando del momento, el deseo no me deja pensar con claridad.

Por un momento me pregunto mentalmente; ¿cómo puedes estar besándote con él?. Pero ya todo me da igual.

Sentir el contacto de nuestros labios saboreándose me está encantando.

Necesito aire. Ambos lo necesitamos.

Separamos nuestros labios y juntamos nuestras frentes mientras respiramos desesperadamente. Mi pecho sube y baja, como cuando acabas de correr y estás agotado intentando recuperar el aliento.

Es entonces cuando me doy cuenta de lo que realmente acaba de pasar. El que se ha empezado a acercar a mí ha sido él, pero, ¿por qué he sido yo la que ha tomado la iniciativa al final?

Después de todo él es el chiflado, Dios, ¿qué acabo de hacer?

— ¡¿Asier?! ¿No le habrá dado un patatús en el baño, no? ¡Asier!

— ¿Un patatús en el baño? ¿Cómo has llegado a esa conclusión?

— ¿No ves que no responde? Llama a una ambulancia. Ya lo veo en el periódico; "winner x, el legendario campeón, que tuvo un trágico final en un váter".

En otro momento no podría haber evitado reírme; sin embargo ahora mismo estoy demasiado concentrada en la euforia que estoy sintiendo.

De repente el chiflado se separa de mí. A pesar de que aún estamos muy cerca, (por el tamaño del baño), comparado con lo pegados que estábamos antes, siento que él está muy lejos.

Entrecierra los ojos mirándome, para después enterrar su cabeza en mi hombro. Se queda así unos segundos, tiempo en el que empiezo a reflexionar.

Dios, me he besado con el chiflado. Lo peor de todo, es que me ha encantado y lo he disfrutado. Por no mencionar que ha sido mi primer beso.

Sigo oyendo los murmullos de sus amigos.

Me doy cuenta de que el chiflado lleva apoyándose en mí un rato. ¿Qué está haciendo?

— ¿Asier?— susurro.

¿Por qué no responde?

— Asier. Asier, dime algo.— sigo susurrando.

No hay respuesta.
Intento levantar un poco su cabeza de mi hombro, y veo que tiene los ojos cerrados.
¿Después de darme ese apasionado beso se duerme? ¿Es broma?

Un segundo. Él era claustrofóbico. Y este baño es diminuto. Oh Dios. Se ha desmayado.

Pero entonces, ¿por qué no le pasó lo mismo cuándo estuvimos encerrados en esa sala de la limpieza del hospital?

Beat you, but love youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora