Capítulo 17

57 11 6
                                    

Sheila Koko

— Sí, también vendrá Livvy con nosotros a ver el combate. Ella dice que podemos averiguar la identidad de winner x.
— ¿Tú la quieres saber?
— Mmm... supongo.— respondo pensando en el chiflado.
— Ya veo. Bueno, tengo que irme a comer. Nos vemos mañana.
— Si, chao Harry. Hasta mañana.

Cuelgo la llamada y me centro en mi invitado, que aún sigue buscando el kit de primeros auxilios.

Me siento mal, él (no sé cómo) me encontró, y me salvó, y yo ni siquiera le di las gracias.

Estaba tan asustada que no pude reaccionar.
Luego me llamó Mark y me costó mucho asimilar la noticia que me dió.

Si no fuera por el chiflado a saber dónde estaría ahora.

Me acerco a él y veo que tiene en sus manos el diario. Ese diario. Oh no, ¿no creerá que lo robé, no?

Entro en pánico.

— Asier...— aún se me hace raro llamarlo por su nombre.

Él posa sus ojos en mí.
Después de todo, esa misteriosa libreta es de su padre.

— Escucha...me lo encontré por accidente... no era mi intención cotillear ni nada por el estilo...
— ¿Cotillear? ¿Qué podrías cotillear si está en blanco?

¿Él no sabe lo del compartimento secreto?
Cierto, ¿por qué tendría que conocerlo?
Esas páginas arrancadas fueron escritas por su padre.

¿Debería decírselo?

— En realidad...

Me mira con atención.
De repente la puerta se abre y aparece la madre del chiflado.

— Asier, ya nos tenemos que ir. Salvo que te quieras quedar aquí a comer.

— Ahora bajo, Sheila tiene algo que decirme.

— Está bien, pero no tardéis mucho.— dice para luego cerrar la puerta e irse.

Él vuelve a prestarme atención, esperando a que acabe la frase que había dejado a medias. No sé si debería decírselo. Al fin y al cabo, esas palabras escondidas pueden revelar muchos secretos.

— ¿Sheila?

Salgo de mis pensamientos.

— La verdad es que... no está en blanco.
— ¿Qué?

De todas formas, si yo lo he descubierto, es cuestión de tiempo que él lo haga también. Además, no soy buena guardando secretos, y el chiflado podría ayudarme a descubrir que significa todo eso que leí.

Le quito la libreta de las manos y abro el compartimento. Saco las hojas y las extiendo por el escritorio para que las pueda leer.

Él abre los ojos como platos, sorprendido por lo que acaba de ver.

Agarra una hoja y la empieza a leer.

— ¿Esto lo... escribió mi padre?— pregunta aún con la mirada fija en el papel.

— Eso parece.

Suena su móvil y él deja la página arrancada en la mesa para atender la llamada.

— Sí, mamá, ahora bajo.

Se guarda el teléfono.

— ¿Podemos hablar de esto otro día?—pregunta.

— Sí, además, hay muchas más hojas. Podríamos descubrir porqué nos han ocultado que son hermanos.

Él asiente y me dedica una sonrisa tierna.

Beat you, but love youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora