Luchar

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- Deberíamos hacer algo. - Dijo Tom de repente.

- ¿Sobre qué? - Le pregunté. Estaba practicando tocar el piano mientras que Tom me guiaba, aunque había estado muy distraído en toda la clase.

- Sobre los sentimientos de Wade y Nora.- Deslizó su dedo índice sobre las teclas con la mirada perdida en sus propios movimientos.

- Creí que no te caía bien Wade.

- No lo hace, pero tiene buenas intenciones ¿no? - Contestó con una sonrisa de medio lado.

- ¿Estás seguro?, él es un pervertido de primera clase que sólo quiere ir a clubes de strippers y a beber, ver porno y hacer obscenidades. - Le recordé aunque me sentía asqueado de saber todo eso.

- Lo sé, pero los opuestos se atraen. - Contestó seguro. - Mejor sigamos con las clases, después de esto debo de ir a casa de Wade para darle clases también. - Comenzó a señalarme las notas y a decirme en cuales me equivocaba. Rato después él se fue y volví a mi departamento, se sentía muy solo y me asustaba por alguna razón; tomé mis cuadernos y útiles para los proyectos para terminarlos y tener con qué entretenerme y no tener que sentirme así nuevamente. Cuando terminé con todo me sentía bastante cansado peo aún me sentía solo; en lo único que pensaba era en que quería ir con Tom, que habláramos por horas y que tomáramos un café juntos, sin nadie más, pero sabía que estaba dándole clases a Wade y no podría hacer algo al respecto así que decidí jugar alguno de los videojuegos que tenía sin terminar; pasé un par de horas jugando y aún así no lograba dejar de pensar en él, ni siquiera pensaba en mi rompimiento con Rosie, sólo en él y me asustaba. ¿Ésto me hace gay?, ¿siquiera me gusta?, ¿si me gustara él, entonces también los demás hombres?, ¿por qué no dejo de pensar en él? me preguntaba una y otra vez sin obtener respuesta, caminaba por todo mi departamento sin dejar de pensar en eso, intentaba distraerme pero no lo lograba; en una de mis tantas vueltas pensé que lo mejor sería comprobarlo. Tomé mi computadora y la encendí, busqué alguna página de porno entre hombres y comencé a ver algunos videos; la mayoría me parecían asquerosos, otros ni siquiera llamaron mi atención, sólo uno lo hizo: era de un chico parecido a Tom con otro sujeto al que no le había prestado atención en absoluto; comencé a imaginar que ése sujeto era yo y él chico Tom y que nosotros hacíamos esas cosas por lo que comencé a excitarme. Saqué mi miembro de entre mis pantalones y comencé a masturbarme lentamente, con el paso del tiempo aceleré mis movimientos haciéndome gemir roncamente; imaginaba a Tom tocándome y me excitaba, imaginaba a Tom gimiendo y me excitaba más, así seguí por un rato hasta que llegué a mi climax. Paré mis movimientos lentamente y con cansancio; me sentía sucio, sentía que alguien como él no debía de estar enredado en los deseos sexuales de los demás porque él es más que una cara bonita, es más que un stripper, es más que un "torpe", es más que un objeto sexual, él es una reina y alguien que merece más que todo lo que dije antes; me odié por ser un idiota que sólo se guió por su deseo, pero me odiaba más porque había comprobado que él me atraía y temía que no sólo físicamente, pues no sabía cómo se lo tomaría y lo que diría.

Un mensaje de Wade interrumpió la lástima que estaba sintiendo hacia mí; decía que quería verme en un restaurante del centro de la ciudad, le contesté que no pues no tenía ánimo para salir, pero contestó diciendo que Tom lo exigía. Suspiré frustrado, al parecer ya se llevan bien, pensé pero intenté no pensar en eso pues era raro que lo hiciese. Tomé las llaves de mi departamento y salí en dirección al restaurante. Al llegar, le dije a la recepcionista que me esperaban y mi nombre, me llevó a la mesa en la que se encontraban Tom y Wade y me senté al lado de cada uno no sin antes saludarlos.

- ¿Y para qué me llamaron? - Les pregunté con desgano.

- ¿Recuerdas que te dije que quería hacer algo para que Wade y Nora tengan una cita? - asentí - bueno, creo que ya sé qué podemos hacer. - Contestó sonriente.

- ¿Y qué es? - Pregunté.

- En los barrios bajos siempre se organizan fiestas increíbles a las que todos pueden ir. Si Wade, tú y Sander van y tú y yo comenzamos a hablar bien de Wade en frente de Nora, seguro logramos que se interese en él. - Eso es lo más tonto que he escuchado, pensé.

- No podemos "manejar los hilos" de la situación. 

- ¡Vamos! ayúdame, eres mi mejor amigo y por lo que me dijo Tom, te llevas muy bien con las chicas. ¡Será sencillo! - Contestó Wade desesperado.

- Tom... -  Lo llamé y éste suspiró y me sonrió. Por un momento mi corazón saltó y golpeó fuertemente mi pecho; no quería seguir sintiendo ésto, no quería salir lastimado otra vez ¿por qué no dejaba de ser tan lindo conmigo?, con alguien que se ilusiona rápida y estúpidamente.

- Sé que no podemos "mover los hilos" y que tampoco podemos manipular a las personas a nuestro favor, pero tal vez podamos ayudar. Sería algo lindo, ¿no lo crees? - Contestó con una sonrisa simple y serena, una que me hizo considerar ayudarlos por lo que acepté, Wade estaba más que felíz y Tom satisfecho. Estuvimos un rato más en el restaurante hasta que Tom debía de irse a trabajar, me ofrecí a llevarlo en mi auto, y después de insistir tantas veces, aceptó.

- ¿Por qué intentas ayudarlo? - Le preguté mientras doblaba una esquina.

- Porque los opuestos se atraen; además, creo que ellos tienen algo. - Contestó mientras miraba la ventana a su lado. - Desde hace años él siempre pide que Nora le baile, y siempre le dice chistes tontos y le cuenta cosas; intenta impresionarla y ella termina diciendo que es un tonto, aunque en el buen sentido. Hay algo en ellos que me hace creer que todos pueden encontrar un amor hermoso, tal vez no de la mejor forma, pero sí que será un amor inquebrantable... ¿ Es tonto, no? - No pude responder; hay personas que tienen suerte en el amor, otras no, pero tener esperanza no mata a nadie, es más, nos hace creer que lograremos muchas cosas y que encontraremos algo así, sólo que no todos lo logramos.

- Creer en el amor no es malo, es mejor a sentir que lo haz perdido aún sin siquiera haberlo intentado.

- Cierto... - Llegamos al club y antes de que bajáramos volvió a hablar. - Prométeme que si amas a alguien vas a luchar por esa persona y ser digno de ella, sin dudar; no importa que el mundo esté en tu contra, lucha por que su amor sea inquebrantable. - Su rostro estaban cubierto de oscuridad, lo único que brillaba entre las sombras eran sus ojos, ésos que me miraban con determinación y que podría mirar todo el día sin pestañear.

- Lo prometo. - Lucharé por ser digno de tí.

Haughty QueenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora