Suerte de Tenernos

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Era las 8:30 de la mañana; esperaba a Tom en la cafetería como todos los días mientras veía a la gente ir y venir al establecimiento. Tomé un sorbo de café y miré mi reloj de pulsera por enécima vez; estaba preocupado pues desde que tomábamos café juntos ninguno de los dos había faltado.

Una chica de cabello rubio y largo, piel poco bronceada y ojos azules claro entró al establecimiento mirando hacia todos lados, su vista paró en frente mío y ésta corrió hacia mí dándome un "abrazo".

- ¡Tú debes de ser Leonard!, ¿verdad? - Exclamó con una sonrisa a lo que yo asentí; estaba sumamente nervioso por tres cosas: primero, ¿cómo sabía mi nombre?, segundo, no la conocia y ella me abrazaba como una lunática y tercero, todo el mundo nos estaba observando. - Eres más guapo de lo que Tom había mencionado, ¿no es así, Ava? 

- Sí, así es. - Una pelinegra de ojos verdes y piel blanca se nos acercó; parecía alguien muy seria y centrada, no como la lunática y entusiasta mujer que me abrazaba.

- Piel morena, ojos azules como el mar, tan alto como una jirafa. ¡Es perfecto! - Exclamó una pequeña mujer castaña, piel bronceada y pecosa y ojos marrones. Me ofendió que me dijera que era demasiado alto y más una desconocida. Volteé a ver hacia la entrada de el establecimiento y ví a Tom entrar por éste, parecía avergonzado y con una cara de "perdón".

- Hola. - Me saludó.

- Hola. Creí que no vendrías. - Las tres chicas soltaron un sonido de ternura y me avergoncé de inmediato.

- Lo siento, acabo de salir de trabajar... Y ellas insistieron en que las trajera. - Contestó apenado.

- Soy Nora, soy una de las mejores amigas de Tom. - Se presentó la rubia con una sonrisa de oreja a oreja.

- Yo soy Ava, es un placer. - Se presentó muy educadamente la pelinegra. 

- ¡Y yo soy Agnes!, me alegra tanto conocer al novio de Tom. - Exclamó emocionada la castaña; me sonrojé cuando ella había dicho que nosotros éramos novios a lo que quise apelar, aunque Tom había pensado lo mismo.

- ¡No somos...! - Alegamos al mismo tiempo pero paramos para no hablar al unísono. - ... ¡Novios! - Aunque no funcionó. Las chicas rieron por la escena y  nos invitaron a sentarnos en una mesa y conversar mejor. Tom fue a pedir sus ordenes y ellas comenzaron a hablar de cualquier cosa mientras yo las escuchaba.

- Haaa, que suerte tiene Tom, - comentó Agnes suspirando - él consiguió a alguien guapo y amable y nosotras ni "perro que nos ladre". - Hizo un puchero que me dió ternura, dejé mi vaso de cartón encima del portavasos y palmeé su cabeza.

- Je, estoy seguro que muchos hombres deben de estar locos por ustedes. 

- Sólo lo dices por ser educado, - dijo Ava - pero la realidad es que nadie se interesaría por unas bailarinas exóticas como nosotras. - Cruzó sus brazos mirando hacia el suelo desanimada.

- Es verdad, Tom tuvo suerte de encontrarte. - Dijo Nora mientras acariciaba mi brazo.

- Pero él y yo no somos novios. - Le contesté.

- Pero si es más que obvio que hay algo entre ustedes. - Me replicó.

- Es sólo uno simple amistad. - Alegué.

- Siendo o no novios, tienen suerte de haberse conocido, - comentó Ava - es difícil tener una linda amistad con alguien y más una en tan poco tiempo; tienen que apreciar lo que tienen. Estoy segura de que Tom se da cuenta de que eres un hombre tierno, humilde, sincero y amable y tú debes de darte cuenta que Tom es un hombre trabajador, independiente y que valora cada cosa o persona en su vida. Es un idiota algunas veces, ya te darás cuenta de eso, pero es una persona con un gran corazón; tienen mucha suerte de estar en la vida del otro. - Todo lo que había dicho me hizo pensar en que sí tenía suerte de tener a Tom en mi vida, era muy sabio para su edad y sus consejos me hacían mejor persona.

Haughty QueenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora