—Debes de sentirte extraño por salir con un stripper. —Dijo Wade quien se encontraba de copiloto en mi auto y yo de piloto. Iríamos al club a ver a las chicas y a Tom bailar, aunque era un poco extraño ir a ver a nuestras parejas bailarles a otros hombres.
—Estoy bien. Es extraño, pero si eso lo hace feliz, entonces a mí me hace feliz. —Doblé en una esquina y me estacioné cerca del club. Habían muchos autos cerca de el, parecía que hoy iba a ser una noche agitada en el club.
—Vaya, Tom tendrá suerte con las propinas. —Soltó sin más. Bajamos del auto y nos adentramos al club, no sin antes de saludar al guardia.
Nos sentamos en una mesa en frente del escenario; una señorita nos ofreció unas bebidas a lo que aceptamos. Sander llegó minutos después con la excusa de que había tenido un percance en el camino, pero su ropa y cabello desordenado decía otra cosa.
Después de tanta espera, Tom por fin salió al escenario a bailar, las luces fueron apagadas y él comenzó a caminar lentamente hacia el tubo. Llevaba puesto un top blanco que se ajustaba a su cuerpo, un pantalón corto que apenas cubría su trasero, tacones de punta de sandalia alta blancos, aretes de cristal y una corona pequeña en su cabeza.
Llegó al tubo y lo lamió lenta y sensualmente para después retomar su camino hacia el público, movía sus caderas al compás de la música que se le había asignado, curiosamente, sus caderas tomaban vuelo con mucha fuerza, pero al llegar hacia un lado, éstas se detenían de repente. Se agachó lentamente y estiró una de sus piernas; comenzó a mover sus caderas hacia adelante mientras su rostro estaba dirigido hacia el techo. Después acomodó sus dos piernas a sus lados, dejando ver su entrepierna bien cubierta por la ropa, cruzó su torso por debajo de sus piernas y la volvió a estirar una de ellas para después dejar caer su cuerpo en el suelo, luego se apoyó en su manos para estirarse incluyendo su cuello, abrió su boca y dejó salir un jadeo junto a su lengua, lamió sus labios y sonrió juguetonamente. Se paró y volvió al tubo al cual se subió, se posicionó quedando de cabeza y con las piernas abiertas, luego empezó a dar vueltas en el de una forma artística; sus pasos de bailes eran indescriptibles para mí y lo siguen siendo. Era como ver a una bailarina jugando con los saltos y vueltas, como si con mover ligeramente sus dedos, ya te hubiera seducido. La canción terminó y él se despidió, luego fue el turno de Nora, por lo que Wade se emocionó mucho y Sander lo molestaba por emocionarse tanto.Dejé a los chicos y fui con las chicas para pedirles que me dejaran ver a Tom y ellas aceptaron; me llevaron a una habitación en la que lo esperé y a los minutos llegó.
—Hola, amor. —Me paré a saludarlo y lo besé.
—Hola, grandulón. —Contestó y nos sentamos juntos. —¿Y?, ¿qué te pareció mi baile? —Me preguntó mientras jugaba con la solapa de mi saco.
—Pues... —Me miró preocupado al igual que yo lo hacía con él. —¡Lo hiciste increíble! —Contesté con emoción, por lo que él se alivió. —Me encanta como logras seducirme con sólo aparecer.
—Je, sólo soy yo. —Contestó sonrojado.
—Y con eso me basta. —Contesté sonriente. Comenzamos a besarnos hasta quedar él encima mío y a reír y a murmurar cosas entre nosotros hasta que mi teléfono comenzó a sonar.
—¿Quién es? —Preguntó Tom después de que yo viera la pantalla de mi teléfono, me puse nervioso por lo que él se sentía más preocupado. —Grandulón, ¿Quién es?
—Es Rosie. —Contesté esperando una reacción molesta, pero en cambio recibí una comprensiva.
—Contesta.
—¿No estás molesto? —Pregunté más sorprendido de lo que hubiera querido.
—Oye, no mando en tu vida. Y sí, no me gusta que seas amigo de tu ex o lo que sea que sean; pero si estuviera en su lugar, no querría alejarme de tí. —Me sentí conmovido por lo que había dicho, pero aún así no contesté, él era mi novio y hablar con Rosie en momentos como esos no estaba bien. —¿Por qué no contestaste? —Me preguntó confundido.
—Estamos pasando un momento lindo, ¿No? —Él asintió. —Entonces no lo voy a desperdiciar. —Me senté con él encima mío y lo besé, así seguimos por un rato, ignorando las llamadas de Rosie y sus mensajes, ignorando que estábamos en su trabajo y podrían llamarle la atención, ignorábamos todo y a todos.
Era de mañana, cerca de las siete de la mañana con un sol totalmente radiante y con personas que lo disfrutaban, en cambio yo, estaba durmiendo aún, sin preocuparme de que debía de ir a la universidad en una hora.
—Leonard, Leonard. Leonard despierta. —Me susurró dulcemente mi querido novio al oído.
—No quiero. —Berreé como niño pequeño.
—De acuerdo. —Me tiró de la cama sin gentileza hasta caer al suelo. Me levanté con desespero, él estaba aguantando no carcajearse de mi situación y yo me lancé a él para tomarlo entre mis brazos y hacerle cosquillas —¡E-Espera!, ¡Para! —Exclamó entre risas.
—Bien, pero no te vuelvas a burlar de mí. —Asintió entre jadeos y risas cansadas.
—Buenos días. —Besó mis labios y le correspondí, me guió hacia la mesa y me sentó en una de las sillas frente a ella y me sirvió un plato con pancakes que comencé a comer de inmediato, él se sentó en frente mío, dejando una de sus piernas sobre las mías, comenzó a desayunar su plato de pancakes y al verlo, decidí comenzar una conversación.
—Oye, ¿Y si estudio la escuela de noche? —Tom me miró confundido por lo que decidí explicarme mejor. —Es que casi no nos vemos en el día y en la noche tú tienes que ir a trabajar, y no es que me moleste ir a verte pero...
—Leonard, —me interrumpió —no tienes por qué hacer eso. Haces muchos compromisos conmigo, déjame hacer uno a mí.
—No es nada de eso, sólo quiero...
—Y yo también quiero verte más seguido, pero no te voy a pedir que hagas eso, es demasiado.
—¿Tu crees? —Pregunté tímidamente. Él sonrió, me tomó del mentón y me besó.
—Encontraré la forma de que nos veamos seguido. No te preocupes.
—¿No vas a dejar tu trabajo, verdad?
—No, ya veré como me las arreglo. Es hora de que aporte algo a la relación. —Se levantó de su asiento y tomó una lonchera y me la extendió. —Para el almuerzo. —Lo tomé y me levanté para abrazar y plantar un beso en los labios de mi novio.
—Gracias, amor. —Pronuncié por encima de sus labios.
—De nada, grandulón. —Y nos besamos una vez más.
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Haughty Queen
RomanceCaminando por los barrios bajos con luces de neón lo vas a encontrar, riendo, charlando y siendo un narcisista sin igual. Canta y baila por la acera sin temor, ríe y da consejos como un sabio sin dejar de ser un soñador... Eras un bailarín exótico r...