Aturdida, duro unos breves segundos sentada sobre las piernas del que ya había identificado como un desconocido, cuando de pronto recobro la razón y tomando conocimiento de su apurada situación reacciono de inmediato poniéndose de pie a la mayor velocidad que pudo, teniendo en cuenta su ahora estorboso y bello vestido que tantos elogios le había costado esa noche. Su primera reacción fue huir de aquel vergonzoso atropello. Sin mirar al que había amortiguado su peculiar caída se preparo para huir, pero no había ni dado unos cuantos inseguros y atropellados pasos cuando sintió que una fuerte y firme mano la tomaba del brazo. Una holeada de pánico la invadió cuando fugazmente pasaron por su mente las escandalosas historias que había llegado a oír, ubicadas en los sendos y oscuros jardines londinenses. Haciendo un ultimo y desesperado intento por soltarse recordó el golpe que una vez le había enseñado Edward para situaciones extremas y se volvió hacia su captor y levantado su rodilla derecha le soltó un rodillazo a lo que pensó seria la parte baja de su estomago. El sinvergüenza, como ahora lo llamaba en su mente, la soltó enseguida y sin perder tiempo Madelyn se dispuso a marcharse cuando oyó:
-Por un ..... ¿acaso esta loca?
Reconoció la voz de inmediato y sorprendida se detuvo en el acto.
-¿Nate?...digo, Su Señoria?- balbuceo mientras se acercaba de nuevo a él.
-¿Así que ya lo sabe?- dijo el joven mientras se enderezaba con mueca y le dirigía una torcida sonrisa.
-¿Que cosa?- pregunto todavía confundida.
-Que soy el codiciable y apuesto marques de Rochsmith- soltó con su jovial voz.
-¿Acaso no tenia que saberlo?
-Pues supongo que algún día se iba a enterar.
-Supongo, ¿se encuentra usted bien?
-De maravilla- dijo con un tono un poco sarcástico y a la vez cómico.
-De verdad, lo siento, de haber sabido que era usted no....-su voz se apago y sintió como un odiable y vergonzoso rubor cubría sus mejillas.
-Me hubiera soltado su magnifico golpe- termino su frase por ella mientras volvía a sonreír- tengo que reconocer que me sorprendió, no me lo esperaba, ¿Quien se lo enseño?
-Edward.
-Vaya, pues tuvo una alumna muy aplicada, aunque apuesto que nunca pensó que ese golpe seria usado en uno de sus mejores amigos.
-Supongo que no- dijo mientras se encogía de hombros y se luego se inclinaba para sacudir su vestido de unas cuantas hojas secas que se le habían adherido. - encerio lo siento.
-No se preocupe yo no tuve que haberla tomado del brazo tan fuerte, es solo que no podía dejarla ir así nomas por nomas. Tiene una peculiar suerte para las caídas, no es intencional ¿verdad?.
-Claro que no, eh perdido el equilibrio por culpa de una estorbosa raíz esta vez. - señalo mientras se ruborizaba.
-Ya veo- dijo el joven que seguía manteniendo cierta mueca de dolor en su rostro.
No sabiendo que decir ahora, distraídamente siguió componiendo su vestido lo mejor que pudo. Cuando se volvió para mirar al caballero vio como los ojos de este la observaban con peculiar brillo.
-¿Que?- soltó sin evitar sonreír.
-Nada- dijo mientras sacudía la cabeza como para despejar la mente y esbozara una divertida sonrisa- tiene una algunas hojas sobre su cabello.
-¿En cerio?- dijo con un tono de fastidio mientras se llevaba las manos al cabello.
-Déjeme, solo se va a despeinar aun mas ese adorable moño- replico mientras se acercaba a ella y como si fuera la cosa mas natural del mundo empezó a quitarle las escurridizas hojas de su risado cabello.

ESTÁS LEYENDO
Cartas de mi madre
Historical FictionMadelyn es la hija mayor del vizconde de Kendall. Su madre falleció cuando ella tenia 17 años, justo a la edad en la que ella iba a ser presentada en sociedad. El luto y sus nuevas responsabilidades como nueva ama de Kendall Hall, hacen que su prese...