La mañana se asomaba por la ventana cubierta de las cortinas blancas, la alarma del mayor empezó a sonar despertándolo, se estiró con fastidio a apagarlo, el tacto y peso demás sobre su cuerpo le llamó la atención, alzó su brazo y vio su torso rodeado de los brazos metálicos del doctor mientras su frente descansaba sobre su espalda. El demonio no pudo evitar sonreír enternecido por la imagen que tenía del científico durmiendo, se giró de a poco tratando de no moverlo dejando la frente del moreno descansar en su pecho, pasó sus manos con delicadeza por su piel, su temperatura era estable y no parecía tener malestar, suspiró aliviado permitiéndose seguir viendo al moreno descansar abrazado a él.
Tras pasar los minutos la alarma del doctor llamó su atención, el moreno se quejaba en murmullos por el ruido mientras frotaba su rostro contra el pecho del mayor tratando de volver a su siesta, irritado lo soltó enderezándose para poder por fin apagar el incesante sonido. Apenas abría los ojos mientras soltaba un largo bostezo. Al igual que el moreno se sentó en la cama viendolo recién levantado con ternura, se sentía tan afortunado de poder verlo así. Posó su mano sobre su cabeza despeinando más el cabello castaño del menor, giró sus ojos rubí fijándolos en su jefe quien le recibía la mañana con una gran sonrisa. - Buenos días doctor. -habló el albino con amabilidad y suavidez.
- Buenos días... -murmuró cerrando sus ojos disfrutando de las caricias del mayor.
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Ambos se encontraban en el baño cepillándose los dientes aún adormilados, primero arriba después abajo para después agarrar un vaso con agua, tomarlo a la ves y escupir la pasta. Slug iba saliendo del baño pero se detuvo a ver al albino quien se soltó el cabello para agarrar el peine. Él intervino.
- Dejame alzarte el cabello. -pidió con una leve mueca alegre al mayor.
- Eh? -emitió en sorpresa. - Sabes hacerlo?
- Soy bastante bueno, quién crees que le enseñó a Elizabeth a peinarse? -presumió tomando el peine de la mano del albino.
- Ya vas a empezar, fanfarrón? -habló con molestia cómica, apenas empezaba la mañana y ambos reyes organizaban a su gusto el tablero. - Me encantaría golpear tu rostro de sabe lo todo.
- Sólo soy una persona con múltiples talentos. -dijo tomando con delicadeza el cabello del mayor para peinarlo con paciencia. Él sin embargo miraba en algún punto perdido en el suelo con una leve sonrisa y un tenue rubor apoderándose de sus mejillas sintiéndose soñado debido al trato que el moreno le brindaba.
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En el desayuno, ambos se dedicaban a hacer tareas distintas, Slug revisaba su computadora personal esperando alguna notificación o aparición nueva de los robos y homicidios de parte de su doble. WH se dedicaba a seguir leyendo aquellos antiguos libros, ambos con una tasa de café con diferentes porciones de azúcar uno a lado del otro en la pequeña mesa del comedor.
WH terminó la tasa primero, miró el libro debajo suyo y prefirió cerrarlo, para dedicarse a conversar con el moreno.
- Y bien?
- Hum? Qué pasa?
- Cómo va tu herida? Cicatrizó?
El moreno suspiró apartando la mirada de su portátil fijándose en el albino. - No hay cicatriz. -admitió.
WH se cruzó de brazos embozando una mueca de completa victoria mirando al doctor esperando las palabras de su parte. Sin embargo, Slug lo ignoró tomando de su tasa, cuando volvió a fijar su vista en él alzó una ceja. - A quién debiste escuchar desde un principio? -habló por fin el albino sin retirar el gran orgullo que estaba acumulando.
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La Afortunada Vida De Un Desafortunado ¦ PaperHat Heroic
FanficVida... Dolor... Decepción... Amor... Procreación... Paz... Muerte... Todos estos hechos son el ciclo de la vida de un individuo... Así fue la mía... Fue una aventura completamente loca y mereció la pena, todo mereció la pena por él. -Alexander Slug...