(30) - El pequeño alumno [Parte 2]

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El auto apenas paró frente al edificio y la puerta se abrió, el padre cayó al pavimento pero se levantó de inmediato corriendo a la puerta.

Un par de golpes invadieron la calma de la sala, el albino se levantó del sillón seguido del pequeño Alex, apenas abrió la puerta y fue corriendo a abrazar a su hijo.

- Gracias a Dios estás aquí... -arrodillado envolvió al niño con sus grandes brazos.

- Papi... me aplastas... -dijo mientras el hombro de su padre oprimía su cachete.

Tras las suplicas soltó el agarre para dirigirse a WH. - Cómo puedo pagárselo mi señor? 

- No es necesario, de hecho yo debo pagarle por darle un gran susto, a usted y a su esposo. 

- Mi señor, no es necesa-

- Discúlpeme interrumpirlo. Lo es, quiero brindarle un trato, señor Slughorn. Viendo que recién sale de trabajar, puedo ver que él iba a quedarse solo en casa. -dedució el albino a lo cual el padre bajó la cabeza asumiendo su irresponsabilidad.

- Aún no movieron mi horario, llego una hora después de que él salga. -se paró y le dio la espalda a su hijo y al WH. - Hoy recién es su primer día de clases y lo dejé venir solo por su cuenta. -su voz sonaba algo rota y ronca.

- Por eso mismo, para evitar eso, le propongo algo. -el albino se aproximó al padre y posó su mano en su hombro como modo de consuelo. Él giró a verlo con los ojos cristalinos. - Veo que su hijo tiene una gran pasión, está persiguiendo un sueño ahora, y me supongo que no tienen los recursos para potenciar el aprendizaje.

- No mi señor... No podemos pagar clases de música ahora mismo... pero no hace falta de su dinero mi señor.

- No hablo de dinero Slughorn. Yo me ofrezco a enseñarle y a ir por él a la escuela.

- Pero mi señor, eso no seria un-

- No es ningún inconveniente, déjeme pagar mi deuda por todo lo que usted hizo por mi. -el padre miró a su hijo por unos momentos, una mirada fugaz resaltó de sus ojitos de miel mientras una sonrisa inocente se dibujaba en su piel canelita. 

- Muchas gracias señor... Acepto el trato. -ambos adultos se dieron la mano, el padre le dio algunas indicaciones al otro lado del umbral para luego hacer reverencia y marcharse con su hijo. 

En el camino devuelta el niño tenía una mirada preocupada por su padre, él obviamente lo vio pero no podía reaccionar, aún estaba aterrado, lleno de adrenalina.

- Nunca más vuelvas a hacernos esto mi amor... -murmuró triste.

- Eh?

El moreno extendió su brazo y trajo a su hijo hacía él para abrazarlo. - Te amo mi gota miel... Nunca olvides eso...

- Yo también papi pero por qué dices eso?

- Si algo te llegara a pasar, Keith. Yo nunca me lo perdonaría. -dijo acariciando la mejilla de su hijo, decía oraciones de los miles de sentimientos que lo inundaban en ese momento pero por fin formulando una con sentido. - No siempre estaremos para ti mi vida... No siempre estará papi para salvarte... Deberás aprender a defenderte de este injusto mundo... Pero aún eres muy pequeño para entenderlo, así que si algún día estás en apuros ve junto al señor WH, sí mi amor?

- Sí papi.

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Todo se hizo oscuro de nuevo, era espectador de tanto su pasado como el de Alexander, aún seguía confundido pero se dejaba llevar. Un presentimiento lo había invadido desde que empezó a soñar, una alerta constante de que debía prestar mucha atención a cada detalle del pretérito tiempo.

La Afortunada Vida De Un Desafortunado ¦ PaperHat HeroicDonde viven las historias. Descúbrelo ahora