— Déjame ayudarte antes de que te ahogues en todo lo que estás metida.
— No necesito tu ayuda, ni tuya ni de nadie.
— Yo también pensaba así, pero hasta ahora no me he dado cuenta de que está bien pedir ayuda, sobre todo cuando sabes que puedes confiar en la otra persona. Me tienes para lo que necesites.
— Gracias Oliver — dije dándole un abrazo.