After Game • Peter Parker ✓

15 | No lo sabes hasta que lo pierdes

¡Ring!

—Ahora no...—gruñó Heather al irritante tono de su teléfono.—¿Por qué no me dejan dormir en...? ¡Ah!

Heather se levantó rápidamente de su cama al ver la pantalla de su celular.

Llamada Entrante
Peter🕸

Notó su dedo temblar al presionar el botón verde. Los primeros segundos fueron en silencio, ambos muy cobardes para hablar primero. Se escuchó un golpe del otro lado de la llamada y la voz de Peter se escuchó.

—H-hey.—saludó el chico.

—Hola.—dijo Heather, quien mordía nerviosamente sus uñas.

—¿C-cómo estás?

—Estaba durmiendo.—admitió.

—Oh, ¿te llamo después?

—Ya me despertaste, así que habla.—respondió, intentando sonar tranquila.

Otra vez se escucharon ruidos y susurros del otro lado de la línea. Algo cayó al suelo.

—¿Estás bien?—preguntó preocupada.

—Sí sí. Eh... yo quería, eh...—titubeó el castaño.—Invitarte a salir.

Heather se irguió en su cama y sintió su corazón acelerarse. Debía seguir dormida y todo era un parte de su imaginación.

—¿S-solos?

—No, obvio no.—dijo Peter, recibiendo un fuerte golpe de Ned.—¡Ouch!

—¿Qué?—dijo confundida, pues no podía ver al hawaiano junto al chico.

—No, sí.—Peter quería darse una palmada en la frente.—Nicholas, Ned y MJ también van.

—Oh...—Heather sintió toda su emoción caer.—¿Hoy?

—S-sí. Te mandó los detalles después. Adiós.—respondió Peter. Ned le hizo señas para que continuara.—V-voy por ti a las siete.

—Está bien. Adiós.—terminó. Soltó un bufido y se levantó perezosamente de su cama.

Eran las tres de la tarde, se había perdido el almuerzo. Todos en la mansión estaban acostumbrados a no ver mucho a Heather los sábados y domingos, puesto que dormía casi todo el día.

Después de bañarse y ponerse cualquier camisón, fue a la habitación de Nico. El chico cerró rápidamente un cajón, pero se relajó al ver que solo era su amiga.

—¿Qué haces?—preguntó Heather.

—Ordeno mi ropa.—mintió.

La pelirrosada alzó sus hombros, restándole importancia. Se sentó en la cama y acarició al gatito naranja de Nico.

—Peter me llamó para invitarnos a salir.

—No, gracias. No quiero estar de violinista.—dijo Nico, riéndose al ver la reacción de su amiga.