17: Antes de irme

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17: Antes de irme
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"Todo sería diferente si tu me quisieras..."
Si tu me quisieras, Mon Laferte.
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Durante esas semanas todo estuvo tranquilo, Daisy mejoró notablemente y tenía el visto bueno para volver a cargar a Ben, el niño se adaptaba a Delores pero no podía aguantar tanto tiempo sin ver a Daisy en su campo visual

Delores la acompañaba a las sesiones de fotos, aunque su ánimo continuba bajo, le dolía el  corazón cada que oía a Adam en las videollamadas, no soportaba ver como era tan indiferente, es por eso que siempre entregaba el bebé a Delores y salía del enfoque de la webcam, pero el escuchar su voz eran como agujas en el corazón.

Intentaba sobrellevarlo, la distraían Ben, las fotos y su embarazo, pronto empezó a notar que varias de sus prendas dejaban de quedarle, a veces se la pasaba horas frente al espejo admirando si milagro. Y aunque pareciera que había comido muchos pastelillos, no paraba de acariciar aquella barriguilla creciente, no veía el día en que empezara a sentir esas patadas, sin duda ese pastelito la hacía feliz
Pero todavía había algo que le faltaba: Adam. De nuevo sus pensamientos la llevaban a él. Tenía que dejar de darle tanta importancia. ¿porqué era tan dificil dejar de amar a alguien?
¿Porqué no podía renunciar a él?


–Solo ustedes, cariño –murmuró acariciando el fino pelo del bebé–. Y a ustedes no voy a renunciar. No podría.

–Adam. Dios, lo echo de menos –susurró. Y escuchó su propia voz retumbando en el salón. Al estar allí ahora, caminando por aquella preciosa casa, veía a Adam por todas partes. Y su ausencia era como un agujero en el corazón.

–¿De verdad ha pasado ya mas de tres meses desde que todo empezó?–se preguntó en voz alta mientras Ben le daba palmadas en las mejillas con ambas manos.

¿Cómo podía haber cambiado todo tan drásticamente en tan poco espacio de tiempo? ¿Cómo no se había dado cuenta de que se había enamorado tanto?

–Tal vez porque una parte de mí siempre lo he amado. ¡Es patético! Pero no te preocupes, voy a estar bien, cariño –dijo sosteniendo más cerca a Ben y aspirando su aroma a bebé–. Y siempre te querré, aunque no esté aquí. Vas a
tener que ser paciente con tu tío Adam porque él también te quiere. A veces es un poco terco, pero no asi es él.

El bebé se echó hacia atrás y le dirigió una sonrisa sin dientes.

–Te voy a extrañar horrores.

Justo cuando se iba a echar a llorar sonó el timbre de la puerta, aguardó a que Delores saliera a atender pero el timbre volvía a sonar. Estaba segura que no podía ser Adam, siendo su casa, podía entrar por su cuenta, Daisy se levantó después de que el timbre volviera a sonar y fue a abrir. Al hacerlo se le paró el corazón.

–Sabía que serías tú –Donna Driver pasó por delante de ella para entrar en la casa y luego se giró para mirarla–. No tuviste suficiente con uno de mis
hijos, ¿verdad? Así que ahora vas a por el otro también.

Donna Driver temblaba prácticamente de furia. Sus ojos negros echaban chispas.

–No permitiré que estés aquí. En esta casa, en la vida de mi hijo –señaló a Daisy con un dedo–. Una amiga mía te ha visto con Adam. Le faltó tiempo para llamarme y decirme que la ex de Devon estaba intentando otra vez entrar en el engranaje de la familia.

Afterlines (A Daiver Story)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora