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Tenía todo planeado. Pediría comida y cerveza para así poder dar rienda suelta a su imaginación y terminar el libro que su editorial estaba esperando.

Al entrar al edificio agradeció que no estuviera el conserje, pues si bien era amable, también era una persona a la que le gustaba mucho hablar. Bueno, en realidad lo que le gustaba era describir la vida de cada uno de los ocupantes de aquel edificio. Jinyoung era educado y lo escuchaba, pero jamás comentaba nada porque estaba seguro de que también hablaría de él con otras personas. Y eso era algo que no le agradaba.

Sin embargo, gracias a él pudo saber algo de sus nuevos vecinos.

Jinyoung había comprado hace tiempo aquel departamento, pero cuando estaba en él normalmente se encerraba a escribir. O no estaba, porque se encontraba haciendo alguna gira para presentar su libro. Por eso conocía casi nada de las personas que vivían en ese edificio.

El hombre le comentó que hacía ya un tiempo que la chica vivía en ese departamento, pero que de un día para el otro apareció el niño. También le señaló que la joven era educada y gentil, y que al parecer también era muy sociable ya que tenía muchos amigos. Pero que el chico era raro y maleducado, algo en lo que él estuvo muy de acuerdo. Sin embargo tuvo que ocultar la sonrisa que le provocó cuando el conserje le contó que una vez ese mocoso en lugar de saludarlo, le sacó la lengua cuando pasó.

Jinyoung por suerte no se había topado con el chico en todo ese tiempo. Pero a la hermana sí. La vio un día salir de su departamento y con una sonrisa coqueta, la chica se le acercó diciéndole que estaba invitado cuando quisiera, a lo que él murmuró solo un gracias antes de entrar rápidamente a su propio departamento.

Tan distraído iba en sus pensamientos que la puerta del ascensor casi se cerró en su cara, teniendo que poner la mano para que se detenga y así poder entrar, ya que subir siete pisos por la escalera no se le hacía nada divertido.

- No, ¿Enserio? Mañana tengo examen- sonó la voz de quien ahora estaba a sus espaldas. No tuvo que girar la cabeza para saber de quién se trataba. Apoyado contra una de las esquinas del ascensor estaba el niño maleducado y lo miraba molesto. No lo reconoció antes porque traía uniforme, seguramente venía del colegio. - Vengo de estudiar así que tendrás que irte. Lamento haber arruinado tus planes de ir y meterte con mi hermana pero...

- ¿Qué? - le preguntó Jinyoung realmente confundido.

- Lo que escuchaste. Te estoy diciendo que mañana tengo un examen muy importante y no será nada cómodo para mi estudiar escuchando a mi hermana dando gritos como si la estuvieran matando, ¿entiendes?

- Mira mocoso...

- No soy ningún mocoso- Yugyeom levantó un poco la voz.

- Lo eres y bastante grosero. ¿Acaso tus padres no te enseñaron a respetar a tus mayores?- dijo Jinyoung ante la actitud de aquel niño.

- Lo que me enseñaron o no mis padres no es asunto tuyo, idiota- gruñó el pelinegro más que molesto.

El escritor pudo darse cuenta de que incluso estaba apretando los puños a sus costados. Al parecer había dicho algo que le molestó mucho. Pero era verdad. Ese niño necesitaba educación.

- A mí no me vas a hablar así...

- ¿Y tú qué?- lo interrumpió Yugyeom- ¿acaso a ti no te enseñaron tus padres a no follarte a la primera tipa que veas? Porque tú si que ya estás bastante mayorcito.

Jinyoung tuvo que usar todo su autocontrol para no darle un golpe. Respiro hondo y después dejó salir todo el aire.

- Eres muy grosero. Y la verdad, no vales ni siquiera mi tiempo-. Dicho eso salió del ascensor.

- Y tú tampoco el mío. Además te he dicho que tengo que estudiar, así que págate un hotel- salió tras el mayor pero para ir a su departamento.

- Entiende que no voy a tu casa, mocoso.

- Entonces ¿qué?, ¿me dirás que casualmente somos vecinos?- dijo en tono burlesco.

- Lamentablemente sí - el mayor se paró frente a la puerta de su departamento y le mostró la llave haciéndole una seña con la cabeza para que viera que no mentía.

- Vaya, esto sí que es tener mala suerte- y antes de entrar, le dio una mirada de molestia al castaño para finalmente cerrar de un portazo.

Yugyeom dejó caer su mochila al suelo furioso. ¿Qué se creía ese tonto? ¿Ahora quería venir a darle lecciones de moral? Pero lo que más le fastidiaba era el hecho de que se atreviera a hablar de sus padres y de cómo deberían haberlo educado.

¡Problemático! ##Jingyeom##Donde viven las historias. Descúbrelo ahora