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- Te dije que no todo lo que brilla es oro, y que tu vecino no es tan inocente. Yugyeom es Zero, uno de los chicos que trabaja aquí en el Sugart X.

En ese momento el presentador comenzó la oferta por Yugyeom y las sumas de dinero eran cada vez más altas.

A pesar de que lo estaba mirando, a pesar de saber que esa mirada traviesa sólo tenía un dueño, a pesar de que sabía que esa sonrisa sólo le pertenecía a Yugyeom, muy en el fondo Jinyoung quería negarse a aceptarlo. Tal vez por el hecho de que había visto a ese niño en pijama. O quizás porque a pesar de conocer su actitud descarada, quería creer que no lo era hasta ese grado.

En ese preciso momento en donde Jinyoung contemplaba todo lo que estaba pasando alrededor, mientras esas personas seguían ofreciendo su dinero por el menor, en ese momento lo supo: a pesar de estar molesto con él y de no estar entendiendo bien la situación, no podía permitir que se lo llevara un desconocido. No mientras él estuviera ahí.

- ¿Qué haces? - Jaebeom trató de detenerlo al verlo de pie, pero fue demasiado tarde ya que con una voz fuerte y clara Jinyoung triplicó la última cifra que se había ofrecido por el menor ante la mirada de sorpresa de todos los presentes.

- Vaya, esa sí que es una oferta increíble - el presentador dijo con asombro - ¿Crees que esa oferta está bien, Zero?

Yugyeom sólo se encogió de hombros restándole importancia.

- Bien, ¿alguien cree que pueda dar más? - el hombre miró al resto de los presentes - ¿no? En uno, dos, tres... Entonces, ¡vendido al señor del asiento catorce!

- Jinyoung, ¡¿qué hiciste?! ¿Por qué compraste a ese chico? - preguntó alarmado Mark mientras intentaba entender qué estaba pasando.

- Ese chico es Yugyeom, Mark.- le contestó sin apartar los ojos del pelinegro que ahora volvía a perderse detrás del telón.

- ¿Tu vecino? ¿El niño problemático? - Mark no podía creer lo que estaba escuchando. No lo conocía, pero nunca se hubiera imaginado que el niño del que su mejor amigo hablaba tanto fuera el mismo que acababa de abandonar el escenario. Pero poco a poco su mente fue armando sola el rompecabezas - Entonces, ¿nos trajiste aquí porque ya sabías de esto Jaebeom?

- Sólo quería que Jinyoung viera con sus propios ojos lo que no me dejó decir con palabras. Pero comprarlo... Eso sí que no me lo esperaba.

- ¿Y qué querías que hiciera? - Gruñó el castaño enojado - ¿Que dejara que un pervertido se lo llevara? Eso no lo puedo permitir.

- Ya te dije que nadie lo está obligando a nada.

- Eso no es lo que me interesa en este momento.

- Está bien - suspiró - ahora dime, ¿cómo piensas pagar esa suma? Es mucho dinero.

- ¿Acaso ya olvidaste quién soy?

- Pensé que odiabas quién eras.

- En este momento no.

- Bueno, ahora vendrán a buscarte para averiguar la veracidad de los fondos y una vez hecha la transacción, ese mocoso será tuyo por un día entero.

- No hay problema con eso. Tengo a mi abogado aquí conmigo y puede darles toda la información que necesitan y hacerse cargo del pago del dinero. Lo harás, ¿no Mark?

- Pues si es lo que quieres...

- Jinyoung ten en cuenta que una vez que pagues, ese niño tendrá que hacer lo que le pidas porque es su trabajo. Pero sólo podrás tener sexo con él, si él lo quiere.

¡Problemático! ##Jingyeom##Donde viven las historias. Descúbrelo ahora