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En cuanto se despertó, se estiró completamente ya que sentía que había dormido en la misma posición toda la noche. Le dolió un poco, pero especialmente la parte baja.

Intentó moverse más hacia el centro de la cama aún con los ojos cerrados, pero sintió que chocaba con algo cálido. Al instante abrió los ojos encontrándose con el pecho desnudo de Jinyoung.

Entonces realmente había pasado. No había sido un sueño. El mayor seguía aquí, encima de su cama, con uno de sus brazos alrededor de su cintura sosteniéndolo con fuerza.

Al sentir el movimiento del cuerpo ajeno, Jinyoung abrió sus ojos lentamente encontrándose con la mirada perdida del menor en su rostro.

- Buenos días - el mayor lo saludó con una hermosa sonrisa mientras se tallaba los ojos con la mano que tenía libre.

- ¿No estás enojado? - Yugyeom le preguntó confundido.

Realmente no esperaba esa reacción del mayor. Se imaginó que en cuanto Jinyoung despertara y lo viera, saltaría de inmediato de la cama y comenzaría a regañarlo y a decirle lo mucho que se arrepentía de lo que había pasado entre ellos la noche anterior. Pero nada de eso estaba pasando. En su lugar, Jinyoung lo había saludado con una hermosa sonrisa. Aunque ahora tenía el ceño fruncido, en confusión, mientras analizaba la pregunta del menor.

- ¿Debería de estarlo?

- Realmente no. Pero, ¿no te arrepientes de lo que pasó?

En ese momento a Jinyoung se le borró por completo la sonrisa y se alejó un poco para incorporarse sin dejar de mirar al menor a los ojos.

- ¿Tú... te arrepientes? - le preguntó con un tono de... ¿miedo?

- ¡No! ¡No! ¿Cómo puedes pensar eso?

El escritor suspiró aliviado al escuchar aquello y volvió a acostarse sobre la cama acercando de nuevo el cuerpo del menor hacia su pecho.

- Entonces, ¿qué pasa? - el mayor habló luego de unos segundos.

Yugyeom se mordió el labio inferior mientras jugaba con uno de sus dedos sobre el pecho del castaño haciendo dibujos imaginarios. Esa acción tenía al mayor completamente relajado con los ojos cerrados. El menor levantó la vista, esperando que Jinyoung abriera los ojos para encontrarse con los suyos.

- Es que pensé... que tal vez al despertar, te ibas a molestar conmigo y me ibas a decir que te arrepentías de lo que pasó. Pero es bueno que no lo hicieras porque me habría lastimado demasiado.

- Oye... - Jinyoung lo tomó de la barbilla para que no bajara la mirada - Sé que anteriormente te lastimé. Sé que me he estado comportando como el mayor de los idiotas. Pero todo lo que te dije ayer es cierto. No pienso dejarte ir, no voy a cometer el mismo error de nuevo. En lugar de eso lucharé por ti, día tras día. Y trataré de ser lo que necesitas.

- Ya eres todo lo que necesito - el menor le susurró cerca de los labios con una sonrisa.

Jinyoung rodeó su cintura fuertemente y lo acercó más a su cuerpo. De inmediato tomó sus labios en un tierno beso. Sus lenguas no tardaron en encontrarse convirtiéndolo en algo más necesitado.

- Tengo hambre y me duele todo - Yugyeom hizo un pequeño puchero antes de esconder el rostro en el cuello del mayor.

- ¿Sí? Pues anoche no escuché que te quejaras - Jinyoung le acariciaba con la yema de los dedos la espalda.

- ¡Jinyoung! - el pelinegro le dio un pequeño golpe en el pecho y el mayor soltó una carcajada. El corazón de Yugyeom comenzó a latir con fuerza al observarlo. ¿Cuánto tiempo hacía que no escuchaba a Jinyoung reírse? Se sintió orgulloso de ser él quien pudira poner así de feliz al mayor.

- Está bien. Iré a preparar el desayuno - el escritor salió de la cama, buscó su pantalón y su bóxer y una vez que se los colocó se subió nuevamente a la cama para darle al menor un pequeño beso sobre los labios - Ahora vuelvo - y con eso salió de la habitación.

Yugyeom suspiró aliviado con un leve sonrojo en el rostro. Cerró los ojos y volvió a estirarse sobre la cama. Tomó una de las almohadas y escondió su rostro allí, aspirando el aroma del mayor. Por fin se sentía feliz y lleno.

Este definitivamente sería un nuevo comienzo.







¿Fin?

¡Problemático! ##Jingyeom##Donde viven las historias. Descúbrelo ahora