El Caldero Chorreante

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Faltaba unas cuantas semanas para el inicio de las clases.
Estaba en mi habitación de mi casa con una almohada en la cabeza, porque mi hermana no paraba de gritar en la habitación de al lado al estar viendo una película de miedo.

Me dispuse a levantarme e ir a quejarme
cuando, perfilada con la luna dorada y creciendo a cada instante, una figura de forma extrañamente irregular se dirigía hacia la ventana.

Tres búhos penetraron por la ventana, dos sosteniendo a otro que parecía inconsciente.

Uno de los tres era Errol, el búho de la familia de los Weasley, la otra lechuza, era blanca como la nieve, era Hedwig la lechuza de Harry y el último era un búho extraño al que no reconocía, que además de parecer muy formal llevaba un mensaje con el emblema de Hogwarts.

Me senté en la cama y cogí el paquete de Errol, eran dos cartas, bueno una carta y un recorte de periódico.

Lo cogí y leí lo siguiente:

FUNCIONARIO DEL MINISTERIO DE MAGIA
RECIBE EL GRAN PREMIO
Arthur Weasley, director del Departamento Contra el Uso Incorrecto de los
Objetos Muggles, ha ganado el gran premio anual Galleon Draw que entrega
el diario El Profeta.
El señor Weasley, radiante de alegría, declaró a El Profeta: «Gastaremos el dinero en unas vacaciones estivales en Egipto, donde trabaja Bill, nuestro hijo mayor, deshaciendo hechizos para el banco mágico Gringotts.»
La familia Weasley pasará un mes en Egipto, y regresará para el
comienzo del nuevo curso escolar de Hogwarts, donde estudian actualmente
cinco hijos del matrimonio Weasley.

Observe la fotografía en movimiento, y una sonrisa se me dibujó en la cara al ver a
los nueve Weasley ante una enorme pirámide, saludándome con la mano.

La pequeña y rechoncha señora Weasley, el alto y calvo señor Weasley, los seis hijos y la hija tenían (aunque la fotografía en blanco y negro no lo mostrara) el pelo de un rojo intenso.

Justo en el centro de la foto aparecía Ron, alto y larguirucho, con su rata Scabbers sobre el
hombro y con el brazo alrededor de Ginny, su hermana pequeña.

No sabía de nadie que mereciera un premio más que los Weasley, que eran
muy buenos y pobres de solemnidad.

Cogi la carta de Ron y la desdoble.

Querida Jean:
El otro día hicimos a Harry una llamada de teléfono. Te recomiendo no llamarle, ya que no acabo demasiado bien. Se lo he dicho a mi padre y él opina que no debería haber
gritado.
Egipto es estupendo. Bill nos ha llevado a ver todas las tumbas, y no te
creerías las maldiciones que los antiguos brujos egipcios ponían en ellas. Mi
madre no dejó que Ginny entrara en la última. Estaba llena de esqueletos mutantes de muggles que habían profanado la tumba y tenían varias cabezas y cosas así.
Cuando mi padre ganó el premio de El Profeta no me lo podía creer.
¡Setecientos galeones! La mayor parte se nos ha ido en estas vacaciones, pero
me van a comprar otra varita mágica para el próximo curso.
Regresaremos más o menos una semana antes de que comience el curso.

Iremos a Londres a comprar la varita mágica y los nuevos libros. ¿Podríamos
vernos allí?

Intenta venir a Londres.
Ron

JEAN DEKKER //3//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora