El boggart del armario ropero

26 0 0
                                    

JEAN POV

Esa noche la pasé con Malfoy y fue una de las más raras que había vivido.

Tuve que pasarme toda la noche en una cama que estaba tocando a la de Malfoy, por culpa de unas cuantas costillas rotas, gracias al intento fallido de salvar al Slytherin.

Fue un poco incómodo, por no hablar de cuando Pansy Párkinson vino a la enfermería y estuvo un buen rato acariciando el brazo de Malfoy.

Pero por suerte la señora Pomfrey la echo por estar molestando.

También pasaron los Weasley, Harry y Hermione para verme y traerme un lote de manzanas verdes.

Pero también se tuvieron que ir.

No nos hablamos en absoluto, cada uno estaba mirando hacia otro lado. Malfoy se comportó decentemente en la enfermería sin hacer ningún comentario despectivo.

Solo nos dirigimos la palabra cuando el, me tocó cuidadosamente el brazo desde su cama y me dijo un frío y sombrío "gracias".

Eso me alegro un poco.

—Que sepas que ahora vamos 7 a 4–le dije a Malfoy, mientras en mi rostro se extendía una enorme sonrisa burlona.

Luego le di la espalda de nuevo.

Cuando Malfoy estaba callado, era más soportable estar con el.

Y eso hizo que la noche fuera más agradable y no me diera repulsión y desagrado el echo de dormir en el mismo cuarto.

DRACO POV

Dekker estaba callada de espaldas a mi, mirando por la ventana.

No cruzo palabra alguna conmigo, y en cierto modo lo agradecí ya que estando con ella en silencio, resultaba más placentera la compañía.

Solo hacia algunas muecas de dolor al moverse en su cama para estar en posición cómoda y al rozar con sus costillas dañadas contra el colchón.

Dormir con ella en la misma habitación, provocó que sintiera una sensación que no debía de sentir.

JEAN POV

Madame Pomfrey no nos dejó salir e ir a las aulas hasta última hora de la mañana del jueves, cuando los de Slytherin y los de Gryffindor estaban en mitad de la clase de Pociones, que duraba dos
horas.

La zona de las costillas donde Madame Pomfrey me había puesto una especie de vendaje que me rodeaba completamente la cintura, me dolía al caminar, al dar una fuerte inhalación y al bostezar.

En camino hacia las mazmorras di un paso que hizo que la cintura me doliera tanto que casi me caigo al suelo, pero Malfoy que caminaba a mi lado sin hablar, me cogió de un brazo e impidió que me cayera.

El rubio entró con aire arrogante en la mazmorra, con el brazo derecho en cabestrillo y cubierto de vendajes, comportándose, según me pareció , como si fuera el heroico
superviviente de una horrible batalla.

Y yo entre muy débil apoyándome en Malfoy para caminar.

Luego me senté junto a Hermione, Harry y Ron , tratando de reprimir mis muecas de dolor al sentarme en el taburete.

JEAN DEKKER //3//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora