Capítulo 6: Perdidos en la traducción

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- Nunca creí que me alegraría de entrar a un instituto- dije mientras entrabamos por la verja.

- ¿Sois todos maestros?- dijo Carla.

- Sí, yo daba física y química- dijo el maestro mientras cerraba la puerta- estábamos en una reunión cuando todo ocurrió.

Hubo un silencio incomodo de varios segundos, hasta que una mujer jovencilla con el pelo corto y rizado decidió romperlo.

- Bueno, yo me llamo Inés y soy la directora del centro- dió un paso delante de los demás mientras señalaba a quien se dirigía- A Luis ya lo conocéis, el de al lado es Martín, ella es Rita, Teresa y Úrsula; Ah y Oliver el conserje; pasad os diremos donde podéis dejar las cosas.

Entramos y el instituto era enorme, con un montón de trabajos de distintas asignaturas y otros idiomas como el inglés, el francés e incluso algunos en latín.

- Vaya esto es enorme- dijo Félix mirando todos los trabajos.

- Sí, teníamos ESO, bachiller y dos cursos de FP.

 Dejamos nuestras cosas en un aula de la primera planta. 

- Nos hemos dividido por parejas cada una tiene un aula, ahora os traeremos unos sacos de dormir, podéis mover las mesas a vuestro antojo- Dijo Inés mostrándonos el aula- Cuando estéis listos bajaros a la sala de profesores... Está a la izquierda de la entrada al final de un pasillo.

Movimos las mesas dejando un espacio para poner los sacos que nos acababan de dar, nos pusimos otra ropa y nos dirigimos a la sala de profesores, allí estaban hablando y al entrar se callaron.

- ¿Que sabéis de esas cosas?- Pregunté para romper el silencio.

- No mucho- dijo Úrsula- cogimos uno que se acercó a la valla lo hemos estado estudiando, aparte de eso la OMS no sabe lo que es, si un virus, una bacteria... no tienen idea.

- Lo que sabemos es que no están muertos así que técnicamente no son zombies- dijo Martín.

- Me estás diciendo que cuando tuve que matar a esa cosa que una vez fue mi madre, ¿sí que era mi madre?- dijo Carla indignada.

- No, por supuesto que no, todo lo que una vez fueron o iban a ser murió, no reacciona a estímulos como lo haría alguien que recuerda quien fue, así que psicológicamente están zombificados- dijo Úrsula mirando a Martín- lo más raro es que solo se alimentan de humanos.

- ¿Cómo? Los zombies que hemos visto solo tenían uno o varios mordiscos pero no les faltaban carne- dije.

- Los primeros días solo mordían, pero ayer fuimos al supermercado y vimos un esqueleto con algunos trozos de carne humana, devorado y hemos visto a perros atacando a esas cosas y no les han hecho nada como si su único objetivo fueran humanos- dijo Martín.

Recuerdo que pensé que aquello era muy raro, en videojuegos, series y películas, los zombies comían ciervos, perros y otras cosas que no fueran humanos.

- ¿Y la luz la sacáis de los paneles solares?- Preguntó Félix.

- Sí, pero no dan electricidad, para mantener todo encendido solo están, para no gastar tanta energía- dijo Oliver.

 Carla pidió ver al zombie que tenían encerrado, nos llevaron al patio donde estaba el gimnasio.

- Llegó el primer día, desde entonces no ha comido- dijo Inés, abriendo la puerta del gimnasio, el zombie estaba atado con combas a una pared sueca al otro lado del gimnasio- no hagáis ruido lleva invernando desde ayer- acabó susurrando.

- ¿Invernando?- susurro Félix

- Dormido, esperando que algún estimulo lo despierte para comer- Dijo Inés- así no consume tanta energía y sobrevive más tiempo.

- ¿Entonces por qué cuando invernan no comen algo que no es humano?- Pregunté.

- ¿Qué sentido tiene que solo coman humanos?- preguntó Carla.

- No lo sé, no tengo ni idea- Dijo Inés.

Volvimos al hall donde estaban el resto de profesores hablando.

- ¿Qué vamos a hacer, cuáles son los planes?- Preguntó Carla.

- Podemos cultivar aquí, hay herramientas y podemos buscar semillas, el río no está muy lejos- Dijo Oliver.

- ¿Como nos defenderemos de los zombies u otros humanos?- Pregunté.

No me respondieron porque oímos gritos en otro idioma en la calle, salimos a ver que pasaba, era un hombre que iba cojeando con una niña de unos 5 años, el hombre estaba sangrando. Cuando nos vio pareció alegrarse y siguió gritando en su idioma.

- Señor por favor tranquilícese- dijo Luis, el hombre se acercó a la verja llevaba una pistola, y parecía que le habían mordido, siguió hablando en su idioma y señaló a la niña.

- ¿Se está convirtiendo?- Me pregunto Félix.

- Ni idea pero me está poniendo nervioso- le dije agarrándole la mano.

El hombre se alejó un poco y empezó a gritar más fuerte, se cayó de rodillas la niña se acercó, pero el hombre le gritó y volvió a la verja, se levantó y empezó a apuntarnos con el arma gritando más fuerte.

- Coge a la niña Luis, creo que quiere eso- Dijo Inés.

Luis se acercó a la puerta, la abrió y cogió a la niña, cuando el hombre le apuntó con la pistola y le siguió gritando en su idioma, todo ocurrió muy rápido no sabía que iba a pasar, cuando Luis cerró la puerta y el hombre le gritó más y seguía apuntándole.

- ¡Luis, para! no ves que te va a matar- Dijo Rita, que al parecer por su cercanía y manera de hablar parecía que tenían una buena relación.

Diario Nº 02342Donde viven las historias. Descúbrelo ahora