Capítulo 15: Love of my life, don't leave me

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Diego seguía en la habitación, no sé cuánto tiempo habría pasado, para mí horas, no paraba de ver la escena de Charly. Jacobo entró.

- Primera prueba, oirás una canción durante dos días y no dormirás, si duermes o cantas ya sabes- dijo llevándose el pulgar al cuello.

 Puso una radio en la mesa la enchufó y empezó a reproducirse la canción más odiosa que haya oído.

- Diego estará aquí, solo te dará agua y comida cuando yo lo diga- Dijo, y se marchó.

No había acabado la segunda vez que sonaba y ya deseaba destrozar la radio.

Las primeras horas, me sentía yo, pero según iba avanzando la canción, me iba perdiendo, Diego se cambio con Cristián. No parecía preocupado, hacia unos días dijo que matar civiles era horrible, pero allí estaba, como si nada hubiera pasado.

Diego volvió me pareció una eternidad, se sentó en la silla de enfrente.

- Tus amigos están bien- Dijo- No les pasará nada.

¿De qué iba el tío? Era el hermano del hijo de puta que había arrebatado mi felicidad por tercera vez, no se merecía mis palabras, me limpié la garganta y escupí en el suelo.

- Más te vale ser amable- Dijo

Aquellos dos días fueron horribles, me meaba encima, oía las voces de Charly y a veces lo veía tan claro como lo vi aquella noche. También empece a alucinar con mis padres y zombies, necesitaba dormir o me volvería loco.

- Vaya tienes buena cara y todo- Dijo Jacobo al entrar- Todavía quedan dos minutos de canción, cantemos- Dijo.

Empezamos a cantar y por fin desconectó la radio, pero la seguía oyendo, como si no hubiera parado.

- Segunda prueba, entender que la vida hay dos formas de verla, mi querido hermano te hará una M en la mano con este cuchillo, si le das la vuelta veras la W, dos formas de verlo. Eso sí no podrás gritar- Dijo poniendo el cuchillo sobre la mesa- Nunca sabes cuál es la correcta.

- ¿Cuando dormiré?- Dije

- Cuando llevamos mucho tiempo sin dormir no aguantamos mucho dolor, después de esto si no se me ocurre nada más, dormirás.

Perro asqueroso pensé. Diego cogió el cuchillo, me volteó la mano y empezó a cortar, salía sangre, me dolía, me cayeron lágrimas.

- No grites, o no pasaras la prueba- Dijo Diego.

Sonaba fácil, pero era muy difícil. Cuando terminó me cosió y me vendó la mano, poco después llegó Jacobo, me llevaron a una habitación con una cama.

- Que descanses- dijo Jacobo riéndose como un loco.

Me tumbé en la cama, y empecé a soñar con Charly, voces que decían "David, despierta" "David...Fuego", oí un tiro, me desperté la papelera al lado de la cama estaba ardiendo, las llamas estaban subiendo por la sabana, me levanté.

Me dirigí a la puerta, no se abría. La empujé, tampoco, la habitación estaba llena de humo, odiaba el humo. Con mis últimas fuerzas, le dí una patada y se abrió, al salir estaba Jacobo riéndose.

Me volvieron a llevar a la habitación me hicieron más pruebas. Cuando Diego y yo estábamos solos, me contaba cosas de Carla y Félix, me contó que Carla había intentado escaparse muchas veces y había matado a alguno de los hombres, ya no quedaban muchos algunos murieron luchando en el residencial.

- ¿Les enviarás un mensaje?- Dije

- Sí- Dijo Diego

- Que los quiero mucho, cuéntales todo lo que estoy haciendo por ellos, si no lo saben.

- No lo saben, Jacobo no deja que se lo digamos.

Jacobo entró, tan feliz como loco.

- Última prueba- Dijo- Dejaras que un zombie te muerda un dedo, y luego el dedo será amputado.

¿Quñe? Estaba loco, como iba a hacer eso podría morir, pero claro a él no le importaba.

- ¿Y de qué me sirve salvar a mis amigos si estaré posiblemente muerto?

- ¿No quieres hacerla?- Dijo

- No

Me miró con una cara de loco, le dijo a su hermano que se quedara, cuando volvió me llevaron a una sala grande allí estaban de rodillas Carla y Félix, me pusieron enfrente. Diego apuntaba a Félix y Cristián a Carla, detrás de mi había otro hombre, y Jacobo estaba en medio.

- Vuestro amigo- empezó a hablar alto- Solo tenía una misión, y ha decidido no hacerla y salvar su vida, como un gran egoísta, y os ha dejado morir. Supongo que no os quería tanto.

No puede decir eso pensé, pero lo dijo, ahora Félix y Carla creían que no los quería, estaban decepcionados, estoy seguro. No podía decirles todo lo que había hecho, tenía la boca tapada. No tenía derecho a decir lo que dijo hice todas las pruebas menos una, yo sabía que sin mí, Félix no podría vivir, igual que yo no puedo vivir sin él.

Pero Diego podía haber hecho algo, sobretodo cuando Carla se soltó.

Al parecer con una horquilla del pelo abrió las esposas, se levantó, golpeó a Cristián le quitó el arma lo mató, fue todo tan rápido.

- ¡Detenla!- Dijo Jacobo.

Pero Diego hizo algo peor, presionó el gatillo y mató a Félix, su cuerpo cayó en el suelo que pronto se lleno de su sangre, no lo podía creer el amor de mi vida se había ido para siempre, creyendo que no lo quería, creyendo que no le importaba, decepcionado y maltratado, sin poder despedirme de él.

Ya no le volvería a ver sonreír de esa manera tan especial que él hacía, no lo volvería a abrazar, besar, acariciar. Él ya no podría perdonarme, y yo no podía perdonarme, ahora vagaría solo por la eternidad, con la enorme carga que dejó aquella escena.

Carla se paralizó, soltó el arma, estaba igual que yo, llorando.

- ¡Mátala!- Dijo Jacobo.

Diego apuntó el arma hacia su cabeza, no recuerdo que hiciera algo, estaba viendo a Félix, cuando oí otro disparo.

Espero que hayas matado a la persona correcta, Diego- pensé.

Diario Nº 02342Donde viven las historias. Descúbrelo ahora