Capítulo 9: Hámsteres

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- Malditas ratas- Dijo gritando Carla- ¡Están por todas partes!

- No son ratas son hámsteres- Dije riéndome- son inofensivos- dije mientras cogía uno- ¡Ay! Su madre. Me ha mordido.

- ¿Inofensivos? Ya veo- dijo Carla subida en un taburete.

- No le habrán reconocido y como el tonto lo ha cogido, son tímidos- dijo Félix

- Bueno vamos a sacar la lavadora, terminar en la cocina chicos- dijo Oliver.

- ¿Y las ratas esas? Alejate sucia- dijo Carla separando a un Hámster del taburete.

- Las liberaremos, algunos vivirán, pero aquí dentro morirán todos- dijo Oliver mientras cogía una escoba para llevar a todos los hámsteres a la calle- Estampida de Hámsteres cuidado con los pies- dijo mientras pasó por la cocina.

- Entonces, ¿tu ibas al instituto de aquí y de eso conoces a Oliver?- Le pregunté a Charly.

- Sí, así es siempre he odiado el insti pero ahora me alegro de que tenga vallas.

Sacamos la lavadora entre todos, la pusimos en la parte trasera de la camioneta, y miramos comida en las demás casas, además de otras cosas que nos interesaban.

- Vaya habitación friki pero FRIKI- dijo Félix al entrar en la habitación de una casa, había cómics en todas las estanterías y merchandising de películas en las que el villano era y cito textualmente "yo soy inevitable"

- Ya podría tener merchandising de muertos caminantes- Dije mirando las figuras de acción en su empaquetado original y sin abrir, mientras leí el precio- "100€" ya somos millonarios.

- ¿Y este libro?- Dijo Félix agachándose para cogerlo del suelo bajo la cama- El kamasutra lésbico- leyó.

- Bueno eso explica que haya bragas- dije y nos empezamos a reír.

Entramos en otra casa.

- Lol ¿y aquí dormían los padres?- dije al entrar en la habitación.

- Dudo que pudieran dormir con tantos juguetes- dijo mirando la escena- que miedo tu, vayámonos ya.

- No quieres uno de estos- abrí un cajón random y aquello parecía una sex shop.

- No, pervertido.

- Era broma, con esto se puede matar zombis.

Y entonces abrimos la puerta del dormitorio de uno de los niños.

- Vaya cuando la gente se obsesiona, se obsesiona- dije.

- Pero si es lo normal en adolescente- dijo Félix

- ¿En serio lo normal es que haya más dinosaurios de plástico, que ropa en su armario?

- No sabes cuanta ropa hay en el armario.

- No, pero me apuesto lo que quieras a que no hay mucha ropa- dije abriendo el armario- Dios mio, no – dije mientras el niño muerto se abalanzaba sobre mi- ¡ayudame!

Félix cogió su cuchillo, uno que acabábamos de coger en una cocina bastante bueno, apuñaló al zombie que estaba sobre mi forcejeando, lo mató pero empezó a sangrar y me entró todo en la boca, me levanté y eché la pota fue lo más asqueroso que nunca me había pasado.

- Chss- dijo Félix- ¿lo oyes?

No oía nada estaba intentando olvidar lo que acababa de pasar, intentando limpiarme la cara y pelo.

- ¿Oír el que?

- Eso- dijo como si hubiera algo que escuchar, hubo varios segundos de silencio y no oí nada.

- Sí, claro que lo oigo, son las fantasmas de las navidades pasadas.

- Podrías ser menos sarcástico, esto oyendo algo y...

No acabo la frase, estaba de espaldas a una puerta, esta daba a un pasillo y justo enfrente la puerta del baño se abrió, salieron tres zombies, Félix cerró la puerta.

- ¿Qué haces? Nos has quitado la ventaja.

- ¿Ventaja, cual era tu plan que me comieran y salieras corriendo?

- No, dejar pasar a uno y cerrar la puerta así quedarían solo dos, pero no me has dejado hablar.

- Y ahora que hago la puerta no tiene pestillo y pronto la abrirán- dijo sujentándola.

- Saben en que casa estamos aguantaremos- dije mientras me apoyaba en la puerta.

Así pasamos veinte minutos nadie venía.

- ¿Les habrá pasado algo?- dije

- No lo se quizás tu amigo el friki lo sepa- dijo más borde que nunca.

- Otra vez con el tema, ni si quieras lo conoces no puedes saber como es, además conoce a Oliver.

- ¿Y? Conoces tu a Oliver y si esos tíos solo querían la lavadora.

- Uy si que difícil es conseguir una lavadora a los próximos que pasen se la pediremos y cuando la traigan los mataremos.

- No puedes confiar en los desconocidos, nunca.

- ¿Y yo?¿No confiaste en mi cuando me pediste que te llevara por ahí conmigo?

- Fui estúpido.

- No me cabe duda y lo sigues siendo te dije que aunque antes estuvieses solo yo ya no me alejaría de ti nunca.

Le brotaron lagrimas, le abracé.

- Lo siento no sé lo que me pasa, es que siento que esto me supera, no sé si mi familia sigue viva, no sé nada... y eso me da miedo.

- No estás solo, ya no, no puedes guardarte todas esas cosas para tí, habla conmigo, con Carla.

Los zombies salieron ya que ambos habíamos soltado la puerta.

Diario Nº 02342Donde viven las historias. Descúbrelo ahora