Amanecer y atardecer.

¿Algo más?

Ya es muy noche, y mi pecho duele, mi garganta está cerrada y mis ojos muy abiertos.

Quiero dormir y el fantasma de mi pasado aparece, se pega a mi y respira en mi oído. 

¿Algo más? Ya no hay nada. La fatiga me mata y mi cama se ha amoldado a mi espalda. 

La fiebre no baja, mi cuerpo ya no soporta. Y quiero pensar que serán mis últimas canciones. 

Mi vida a transcurrido de dolor a felicidad. Mi amor se ha hecho grande y puro. 

Mi corazón lo he compartido a mi esposo, que ha estado en las buenas y en las malas conmigo. 

Entiende que he caído en mi lecho de muerte y guarda la esperanza de que me levante de aquí. 

Aún no he terminado lo que quise hacer para mi. Pero estoy satisfecha de lo que he logrado. 

¿Algo más? No, estoy muy bien. Desde que maté a mi pasado pude dormir mejor y disfrutar mi matrimonio. 

Cuando canto, canto con mucho amor, por que sé que mi esposo escucha lo que canto y porque llora cuando no puede. 

Cuando pinto, pinto con mucho amor, por que sé que mi esposo lo mira con mucha esperanza y porque llora por ver que se haga realidad. 

Le he prometido una vida juntos, una familia, y una eternidad. Pero me temo que no lo voy a cumplir. 

Me duele la vida, me duele el cuerpo, pero más me duele el alma y el corazón olvidar mi propósito. 

Ya no hice arte con mi cuerpo, mejor dicho, el se destruyó sólo. 

¿Algo más? No, estoy lista para rendirme y morir.