"Mi historia entre tus dedos" Naim Darrechi

42. Volley de playa

La fuerte corriente chocaba en mi cintura mientras Naim me aprisionaba en sus brazos. El ruido de la marea hacia tranquilizarme, y el saber que estaba con la persona que queria, me hacia demasiado feliz. El abrazó termino y salimos del agua. La arena también era algo lindo de esta playa. Mis pies y los de Naim se pintaron en la arena, formando un camino de huellas. Cuando encontramos un lugar cómodo y cerca de su familia, nos sentamos a jugar un poco. Tomé la arena que cambia en un puño e intente hacer un castillo.Naim se dio cuenta de mi idea y empezó a ayudarme. Poco a poco nuestra creacion empezaba a tener forma, y empezaba a verse em resultado. Terminamos y quedamos impresionados de lo bien que quedo, asi que le tome muchas fotos que rápido las envie al grupo de mejores amigos en whatsapp. Seguimos jugando en la arena haciendo vagos dibujos en esta. Naim escribía nuestros nombres, y yo dibujaba corazones. Me senté a admirar como Naim intentaba dibujar algo en la arena, cuando me encontré a tres personas que no queria ver para nada. Estaba el clan de Ángela, conformado por Lucia (Bellido), la mismísima Aurora, y por obvias razones Ángela. Me miraron y cambiaron su cara a un semblante serio, y en mi cara se formo un rostro cansado, y Naim noto mi cambio de expresión. Volteo su mirada hacia donde yo veia, las vio y se froto la cara en señal de frustración y desespero. El estómago empezó a dolerme, las piernas a hormiguearme y mi cabeza estaba empezando a doler. Naim se acercó a mi y me abrazó, y pensó como distraernos de ellas.

Thiago: Oigan, haremos un partido de volly de playa con unas chicas, ¿entran? -dijo acercándose

Naim: Sisi -pensando que podriamos evitar a las chicas esas

Grande sorpresa nos llevamos al llegar a donde estaba la pequeña red para jugar y notar que las chicas eran las de hace momentos. Me miraron con su mejor cara asesina, y yo solo pude agachar la cabeza.

Thiago: Bueno, Bellido, Naim y yo, contra Ángela, Aurora y Vale -dijo acomodando a todos

Maldije internamente a Thiago, estaba odiando esto. Consideraba que era buena al momento de los deportes, como ya habia dicho, se jugar futbol y lo hago bien, diria que excelente. También sabia algo de volleyball, asi que esto no se complicaria tanto. Me posicione en frente de la red en la misma posicion que Naim, que era con el unico que hacia contacto visual e intercambiamos una que otra sonrisa. Mi equipo empezó sacando, y con un vago golpe de Aurora que apenas logró pasar la red, comenzamos el juego. Eran buenos, Naim y Thiago sabian jugar y las chicas, sabian lo básico. El balón termino en mi espacio por lo que en un movimiento rapido el balón cruzó la red callendo en el otro lado, indicando que habia anotado punto. Ni siquiera lo celebre, ya que las de mi equipo literal me odiaban. Me posicione para seguir jugando doblando un poco las rodillas. Vi a Lucia y estaba haciendo lo mismo ¡Pero en frente de Naim! Mi sangre se calento rápidamente, haciendo que mi enojo se propagara por todo mi cuerpo. Naim trataba de alejarse pero ella insistia, me concentre tanto en ellos que de la nada senti un fuerte golpe en la cara. El golpe me mareó y tuve que sentarme para no caerme. Naim vino corriendo mientras que las demás reían, el balón habia impactado en mi cara. Hice una mueca de dolor mientras intentaba divisar el escrnario, y vi a la culpable: Ángela. Me pare rápidamente para continuar con el juego, no dejando que me afecte su golpe, algo que sin duda las hizo explotar. El partido continuo siendo yo la que hacía la mayoria de los puntos, ya que las demás solo se enfocaban en querer hacerme daño. En una de esas, corri para alcanzar el balón y una fuerte empujón me hizo caer justo donde habis una piedra un poco grande, causándome una herida en la rodilla. Ellas volvieron a reir y a decir "lo tonta que fui al caerme". Las lágrimas querian salir, por el dolor insoportable que sentia, y por la impotencia de no poder hacerles nada, como no tuve a Ava aqui. Naim se acerco viendo a las chicas con enojo y después intento ayudarme a caminar, pero era imposible. Un poco de sangre escurria desde mi rodilla hasta mis pies, debido a dicha herida que dolia demasiado. Naim me cargo en sus brazos como si fuera un bebé y me llevo con sus padres para que me ayudaran con el asunto de la rodilla. Llegamos a las sillas con sombrilla en las que estaban sus padres y al ver a Naim corriendo se alarmaron.