—Esto es el colmo, ¿de verdad tenían que seguirme hasta acá?
Abrió la puerta de su dormitorio de un puñetazo y se volteó a mirarlos a la defensiva. Los tres habían estado formando una columna y ahora se alineaban en una fila, mostrando diversas reacciones. George estaba jaloneando a Ringo y Mick sacudía la cabeza; su rostro cargado de un aspecto sorprendido y una sonrisa delineando las esquinas de su boca, que se abrían al fin para hablar.
—No puedo creerlo, John. No puedo creer que no me lo hayas contado, ¿cuánto tiempo van juntos?
Dejó que el aire se escapase de su boca lo más lento posible y apretó las mandíbulas.
—¿Qué es eso que vimos, eh? —George salió un poco de la borrosa nube en la que se encontraba y su rostro se volvió más asustadizo que antes—. ¿Qué significa eso que vimos afuera del cine?
John apretó más la boca, pero siguió sin decir nada. Sabía que algo así sucedería tarde o temprano y aunque no le importaba soltarlo todo, no estaba con ganas de soportarlos, enfrentarlos ni responder a todas sus estúpidas preguntas.
—¿Qué te pasa, John? ¿Qué fue eso allá en el cine? —continuó George con la incredulidad y preocupación bombeándole la sangre—. No me digas que...
—¡Es lo que han visto, joder, es lo que han visto! Ya me escucharon, ahora vayan largándose que no quiero hablar del tema.
—¿Es lo que hemos visto?
—Eso mismo, es lo que han visto.
—Tú no eres gay, amigo.
Se mordió la lengua y se pasó la mano por la cabeza. La situación estaba empezando a cansarlo.
—A mí me es simpático el muchacho y creo que hacen una buena pareja, pero igual debiste habérmelo dicho antes. Pudimos haber hecho citas dobles y conversado mucho sobre eso —Mick se encogió de hombros y adoptó una expresión más entusiasmada—. Sabía que tarde o temprano, te enamorarías, ¿recién están saliendo?, ¿dónde lo conociste?, ¿cómo se llama?
George tosió, casi ahogándose ante lo que había escuchado.
—Estás pasando por un mal momento, eso es todo. Sé que el chico se ve muy andrógino y todo eso, pero... ¡es un hombre, John! ¿Cómo vas a estar con un hombre? Tú mismo hablas pestes de los maricones.
—Cierra la boca, George, se ven geniales juntos.
—¿Geniales juntos?
—Lárguense. —su voz resonó en la habitación, seca y cortante.
—Ah, ya sé cómo fue el asunto. He escuchado cómo son, una vez que te ponen el ojo, te acosan y no se detienen hasta atraparte. Seguro que se te mandó encima e hizo de todo para metérsete por los ojos... Con razón, esa vez en el centro comercial estaba todo pegado a tu hombro... Fui un imbécil al no darme cuenta y tú que me dijiste que no pasaba nada.
George siguió con la sonrisa de antes, ignorando todo lo que escuchaba y moviendo su mirada a través de todos los dedos de John, más interesado que nunca.
—No le hagas caso y cuéntanos. Deben estar mucho tiempo juntos por los anillos de pareja que tienen, ¿van uno o dos meses?
—¿Anillos de pareja? —George pareció ver al mismo demonio cuando sus ojos se fijaron en el anillo extravagante que tenía en el dedo índice—. Mierda, ¿qué está mal contigo, John?, ¿esto es una broma?
—Solo lárguense.
—Escucha, entiendo que estés estresado y que creas que te sientes atraído por él, ya que has estado encerrado acá y lo veías todos los días, pero tampoco hasta tal límite como para que tengas una relación con él.
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Inocencia Pasional | Mclennon
Hayran KurguHay cinco cosas que vuelven loco a John. 1; La forma en la que el rostro inocente de Paul, se torna carmesí cuando él le susurra cosas indebidas al oído. 2; Cómo Paul desciende la mirada, cada vez que lo siente cerca. 3; Cómo Paul se resiste, cuando...