Querido, Caleb.
Te he visto salir de tu casa.
Vestías el traje de etiqueta, muy elegante.
Te mirabas justo como me lo imaginaba.
Subiste a tu coche y apretaste el claxon tres veces.
Parecías enfadado. Como sí te hubiesen obligado a hacer algo que para nada querías hacer.
Escuche que ibas al baile de graduación de tu colegio.
A los pocos minutos una chica salió de tu casa.
Ella también vestía elegante, un vestido color vino tinto.
Parecía una princesa.Y tu su príncipe.
Fue muy grosero de tu parte no abrirle la puerta a la chica.
Pero te entiendo.
Ella no era la chica que querías llevar al baile contigo.No quise dormir hasta ver que regresaras sano y salvo.
Escuche tu coche llegar.
Sonreí.
Pero también estaba confundida, habías llegado muy temprano.
Lo estacionaste, bajaste de él y lo cerraste.
Miraste hacia la luna por unos segundos.
Te seré sincera, bajo la luz de la luna pareces un hermoso ángel.
Entraste a tu casa y cerraste la puerta dando un portazo.