Carta número dieciocho.

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Querido, Caleb.

Te he visto salir de tu casa.

Vestías el traje de etiqueta, muy elegante.

Te mirabas justo como me lo imaginaba.

Subiste a tu coche y apretaste el claxon tres veces.

Parecías enfadado. Como sí te hubiesen obligado a hacer algo que para nada querías hacer.

Escuche que ibas al baile de graduación de tu colegio.

A los pocos minutos una chica salió de tu casa.
Ella también vestía elegante, un vestido color vino tinto.
Parecía una princesa.

Y tu su príncipe.

Fue muy grosero de tu parte no abrirle la puerta a la chica.

Pero te entiendo.
Ella no era la chica que querías llevar al baile contigo.

No quise dormir hasta ver que regresaras sano y salvo.

Escuche tu coche llegar.

Sonreí.

Pero también estaba confundida, habías llegado muy temprano.

Lo estacionaste, bajaste de él y lo cerraste.

Miraste hacia la luna por unos segundos.

Te seré sincera, bajo la luz de la luna pareces un hermoso ángel.

Entraste a tu casa y cerraste la puerta dando un portazo.

Letters To CalebDonde viven las historias. Descúbrelo ahora