Querido, Caleb.
¿Sabes que es lo que más me duele?
Que nunca te dije quien era yo.
Jamás supiste quien era "la chica de las cartas".
Carta número treinta y ocho.
Querido, Caleb.
¿Sabes que es lo que más me duele?
Que nunca te dije quien era yo.
Jamás supiste quien era "la chica de las cartas".