Carta número cuarenta y cinco.

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Querido, Caleb.

Un camión de mudanzas llegó a tu casa.

Mientras ellos cargaban cosas para meterlas en el camión, tu madre vino hacia mi casa.

Cuando me vio, derramo unas cuantas lágrimas, las limpio de su cara y dijo que tenía algo para mi.

Era una caja.

No la abrí enseguida, quise esperar, y aún espero, lo haré en cuanto esta carta llegue a tu buzón.

También dijo que se iría con tu abuela mientras pasaba esta mala experiencia, y que le había pedido el divorcio al Señor Woods.

Después de eso, mi madre le deseo suerte y las mejores bendiciones.

Nos dedico una leve sonrisa y se marchó.

¿Ves que todos sufrimos por tu partida?

¿Por qué nos haces sufrir de esta manera, Caleb?

Letters To CalebDonde viven las historias. Descúbrelo ahora