Querido, Caleb.
Un camión de mudanzas llegó a tu casa.
Mientras ellos cargaban cosas para meterlas en el camión, tu madre vino hacia mi casa.
Cuando me vio, derramo unas cuantas lágrimas, las limpio de su cara y dijo que tenía algo para mi.
Era una caja.
No la abrí enseguida, quise esperar, y aún espero, lo haré en cuanto esta carta llegue a tu buzón.
También dijo que se iría con tu abuela mientras pasaba esta mala experiencia, y que le había pedido el divorcio al Señor Woods.
Después de eso, mi madre le deseo suerte y las mejores bendiciones.
Nos dedico una leve sonrisa y se marchó.
¿Ves que todos sufrimos por tu partida?
¿Por qué nos haces sufrir de esta manera, Caleb?