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A la mañana siguiente, cuando los cálidos rayos del sol se cuelan por la ventana de la habitación, Sung Kyu se despierta. Suspira al removerse un poco en la cama y, de repente, todos sus sentidos son envueltos por el enigmático e irresistible olor de Woo Hyun, trayéndole inevitablemente el recuerdo de lo que ha pasado con sus padres la otra noche. Y suspira otra vez, haciéndose por fin a la idea de que ellos ya no están, y de que tiene que ser fuerte para ayudarle al agente Nam a encontrar a sus asesinos.

Con ese sólo pensamiento se levanta. Tiende las sábanas con cuidado y sale de la habitación para dirigirse al baño. Se enjuaga la cara e intenta arreglar su alborotado cabello cobrizo. Se mira al espejo un momento, y luego, el rostro, la voz y la intrigante reminiscencia del aroma de Woo Hyun le comienzan a sumir en una extraña sensación.

Sus orejas se ponen rojas y su corazón incrementa un poco sus latidos, pero, incluso así decide salir del cuarto para ir a buscarlo y retomar la importante conversación sobre el caso de sus padres.

Se encamina entonces al comedor, esperando encontrar al alfa haciendo el desayuno o alguna otra tarea doméstica, pero le sorprende que ya esté trabajando a esa hora de la mañana con su laptop y que, además, el desayuno ya esté preparado.

—Buenos días —dice Sung Kyu al acercarse a la mesa donde Woo Hyun está revisando algunos papeles.

El omega se sienta a su lado y el alfa lo mira de reojo.

—Buenos días —responde el mayor, haciendo hasta lo imposible para que la imagen de Sung Kyu no lo haga tartamudear. El sólo verlo con el cabello un poco alborotado y los ojos somnolientos hace que un espasmo le recorra toda la columna vertebral—. El desayuno está listo. Come todo lo que quieras —le hace saber con aparente tranquilidad.

Sung Kyu asiente despacio antes de encaminarse a la cocina para servirse. Observa por unos segundos lo que hay en el sartén y la apetitosa preparación le hace agua la boca. Empieza a buscar los platos y los encuentra en la estantería de arriba, aunque su baja estatura le impide obtener uno. Se pone de puntillas y estira el brazo, pero sólo consigue rozarlo. Entonces aparece Woo Hyun a su espalda y lo toma para dárselo.

El omega se ruboriza y el alfa no puede dejar de ver con detalle su delgada figura mientras se mantiene estático frente a él.

—Gracias —susurra Sung Kyu antes de servir un poco del rollo de huevo y las verduras.

Woo Hyun murmura un 'de nada' al caminar de regreso a la mesa. Se sienta de nuevo en la silla que estaba ocupando y continúa con su trabajo. Ha estado revisando los informes que le han mandado de la estación, pero ninguno de ellos contiene pistas o evidencia, algo que ya lo ha sacado de sus casillas, incluso ha pensado que regresar a la casa de Sung Kyu y revisar de nuevo por su propia cuenta, le ayudaría más.

—¿Hay algo nuevo sobre lo que pasó con mis padres? —inquiere el omega en el instante que se sienta para empezar a comer.

—Aún no. Pero estoy haciendo lo posible para conseguir más información —comenta el alfa, un poco decepcionado por el lento avance, o tal vez lo siente así porque sabe que es algo que le importa mucho a Sung Kyu, y que, irremediablemente, se ha convertido en una prioridad para él sobre todos sus demás casos.

—Hablando sobre la fórmula supresora —empieza Sung Kyu con los ojos puestos en Woo Hyun—, ¿crees que tenga algo que ver con la muerte de mis padres? Mi madre me dijo que hay algunos alfas del Congreso que no están de acuerdo con su comercialización. No sé si algo como eso ocasionó el ataque a nuestra familia.

El agente lo escucha con atención y esa sola sugerencia le parece de lo más interesante. No había pensado aún en la razón por la que los padres de Sung Kyu fueron atacados, pero ahora que lo ha mencionado, se le hace muy probable poder partir de ello para comenzar con las averiguaciones.

I Like You | WooGyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora