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Los sentidos de Woo Hyun son más agudos que los de los otros alfas, y es por eso que le es tan difícil eludir el irresistible olor de Sung Kyu, a pesar de estar soportando la respiración con su mano sobre su nariz y su boca. Y es que el intenso aroma incluso parece penetrar a través de su piel.

El omega se le ha acercado tanto que no puede evitar extasiarse con su semblante sumiso, sus mejillas rojas y sus brillantes ojos. Todo eso se aglomera en un sólo sentimiento de implacable tormento que Woo Hyun no puede aguantar más. La sensación en su interior le empieza a quemar de a poco. Una sensación tan reprimida y escondida que jamás ha tenido la necesidad de sacar a flote. Todo lo que pasa en su cuerpo es totalmente nuevo para él, aun si es un alfa maduro y no sea la primera vez que su entrepierna reacciona de esa manera. Es sólo que esta vez su cuerpo le grita que no debe desahogarse en el baño como siempre lo hace. Pero no puede darse el lujo de ser débil; no puede permitirse perder la cabeza con ese omega cerca, porque está seguro de que no podrá detenerse.

—Sung Kyu, no te acerques más —dice Woo Hyun mientras continúa 'huyendo' del muchacho. Su espalda choca con una de las paredes de la sala, y estira su mano libre para tomar al omega del hombro e impedirle que siga avanzando hacia él.

—Woo Hyun... —susurra con el rostro rojo. Levanta las manos y empieza a acariciar el brazo del alfa—, déjame abrazarte —pide con la voz ronca y suplicante.

El agente nota que sus ojos están nublados de anhelo, lo que le provoca un sinfín de escalofríos en la columna.

—No, tú no... —Woo Hyun se atraganta con su propia saliva y deja de apretarse la nariz.

De pronto, el dulce y adictivo olor de Sung Kyu le golpea de lleno y por un segundo se siente débil. Sus pupilas se dilatan, su corazón se acelera y le es imposible no reaccionar ante eso.

—Sung Kyu, aléjate, por favor —balbucea, tomando aire con una gran bocanada, sin embargo, el omega parece no escuchar lo que le ordena. Porque Sung Kyu sólo quiere estar ahí, frotándose contra él para reclamar un poco de su atención y demostrarle que le encanta su cercanía.

No obstante, la lucidez toma el control de la enajenada mente de Woo Hyun por un momento, por lo que no lo piensa dos veces para tomar a Sung Kyu como si de un saco de patatas se tratase, llevándolo hasta la habitación para dejarlo ahí antes de cerrar la puerta con llave.

El omega le pide que abra al comenzar a golpear la puerta desde adentro, pero el agente no está dispuesto a dejar que su lado salvaje le domine; aunque Sung Kyu tenga el olor más delicioso que ha percibido jamás y sea el omega más atractivo que ha visto nunca. Tiene que evitar a toda costa que su mente se embriague y le lleve a un estado de total inconsciencia. Así que saca su teléfono y marca un número que no hace mucho anotó en su lista de contactos.

—¿Doctora Kim? —dice, con un tinte de desesperación en su apagada voz.

—Agente Nam, ¿a qué debo su llamada? —inquiere la omega con tono amable.

—Me preguntaba si usted podría ayudarme. Es sobre Sung Kyu.

—¿Sung Kyu?

—Sí. Él... bueno... —Suspira, y aunque la vergüenza le embarga, decide dejarla de lado porque de verdad necesita de su ayuda—, él está teniendo su primer celo ahora.

—Creí que usaba una inyección supresora. No sabía que su efecto estaba por terminar. —dice ella totalmente sorprendida.

—¿Será posible que usted pueda conseguir esa inyección? El olor de Sung Kyu me está afectando mucho. No sé qué hacer, ni cómo ayudarle.

Sumido en la congoja, el alfa suspira, y la doctora omega también lo hace. Por unos segundos, él se queda en silencio, pero luego ella le habla con toda sinceridad.

I Like You | WooGyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora