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—¿Crees que puedes estar en peligro? —inquiere Sung Kyu con la voz entrecortada.

Y aquella idea empieza a erizarle los vellos del cuerpo. Porque el omega no puede imaginarse que algo malo le pueda suceder a Woo Hyun. Nunca se puso a pensar en el peligro que el agente corre en su duro trabajo, hasta este momento.

—Bueno, ciertamente ser agente es muy difícil, y puede que en algunos casos me ponga en riesgo, pero no quiero que pienses en eso. Sólo ten en cuenta que soy un alfa muy persistente y que me sé cuidar muy bien. Por favor, no te preocupes —objeta con tono tranquilizador, sin embargo, el semblante acongojado y la mirada cristalina de Sung Kyu no cambian para nada; al contrario, el rostro del omega se desfigura un tanto más debido a sus palabras.

—Creo que ya es tarde para que no me preocupe. Después de lo que has dicho, ya no podré estar tranquilo —apunta con las lágrimas acumulándose en sus pequeños ojos—. No quiero que te pase nada malo —dice, y el agua salada empieza a surcar sus mejillas.

Entonces Woo Hyun se levanta de la silla y se le acerca, deslizando un par de sus dedos por los pómulos húmedos del menor para limpiar con delicadeza su rostro mientras le deja un beso sobre sus sedosos cabellos cobrizos.

—Por favor, no llores —pide el agente al tomarlo entre sus brazos para ocupar su lugar en el asiento y dejando a Sung Kyu sobre su regazo—. No me gusta verte triste. Me rompes el corazón —aclara con sinceridad, y el omega enreda sus brazos al rededor del cuello del alfa, ahogando sus ligeros sollozos.

—Entiéndeme. No soportaría que algo te sucediera. Si el caso de mis padres es tan delicado, no sigas investigándolo, por favor —le hace saber con un nudo en la garganta.

Y Woo Hyun ya no sabe qué decir. Le prometió que encontraría a los culpables de haberle apartado para siempre de sus padres, y él no es una persona que eche en saco roto sus promesas, ¡por dios que no! Pero todo el asunto parece demasiado complicado. Sabe que no sólo se trata de los cambiaformas, de los robos a los bancos, o del asesinato de los padres de Sung Kyu, pero eso no puede decírselo; no cuando le altera demasiado toda la situación. No cuando puede que esté esperando a su hijo.

Su hijo.

Qué feliz es al pensar en eso. Qué dichoso sería si Sung Kyu estuviera embarazado. Y por eso mismo Woo Hyun tiene que ser fuerte, porque también se prometió a sí mismo que los protegerá y que los hará muy felices sin importar todas las duras pruebas que la vida le ponga enfrente.

—Woo Hyun —le llama, levantando un poco el rostro—, quiero que me marques —sentencia, tomando por sorpresa al alfa.

El agente se queda perplejo, pero la inmensa alegría empieza a inundarle el pecho.

—¿Estás seguro? ¿Tú quieres formar ese vínculo conmigo?

—Sí. Lo he querido desde la primera vez que me tomaste, pero, no estaba seguro de que tú lo quisieras. —Sung Kyu suspira y aprieta la camisa de Woo Hyun entre sus dedos—. Bueno, aún no estoy seguro de que tú lo quieras, porque, si no es así, entonces... —Y Woo Hyun le interrumpe cuando sujeta su barbilla para fijar los ojos en los suyos.

—¿Estás bromeando? He estado pensando en eso desde que te besé por primera vez. Me gustas. Ahora te estoy amando, y lo único que quiero es que me pertenezcas por completo. —Woo Hyun se aproxima más al fino rostro de Sung Kyu y acaricia suavemente sus labios con su dedo pulgar—. Ya no puedo concebir mi vida si no estás en ella.

Y el alfa lo besa, con tanta necesidad que Sung Kyu deja que le lleve a la cama, donde Woo Hyun se deshace de la ropa de ambos y le demuestra lo mucho que lo desea con cada caricia que deja sobre su blanca piel. El omega suspira entre suaves gemidos y se retuerce bajo el cuerpo del alfa cuando éste empieza a besarle y lamerle el cuello.

I Like You | WooGyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora