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Gotas de sudor frío empiezan a correr por el pálido rostro de Sung Kyu al momento de que sus ojos se clavan en el cañon de la pistola. Kang le apunta sin titubear, y en ese instante el omega se reprende a sí mismo por no haber podido atrapar al maldito, y piensa que, después de todos estos años, no fue capaz de cumplir su promesa.
    
Kim aprieta los ojos, resignado, y un sinfín de imagenes empiezan a desfilar tras sus párpados, sobre todo el apuesto rostro de su esposo y la tierna cara de su único hijo. Sung Kyu escucha accionar el gatillo que le apunta directo a la frente, y de pronto se oye el estruendo de una detonación.

No obstante, no resulta herido, pero escucha a los otros dos hombres gritar y abre los ojos de inmediato, descubriendo que han recibido un par de disparos de los agentes de la ANSI que han llegado en el último segundo. Sung Yeol atraviesa la puerta y observa a Kang, quien se retuerse en el suelo por el dolor; una bala le ha dado en la pierna.
    
—¡Sung Kyu, ¿estás bien?! —lo llama Sung Yeol tras recoger la pistola de Kang cuando se acerca.
    
—Sí —responde, aprisionando la herida en su brazo con su camisa de vestir—. Salgamos de aquí. El fuego está creciendo muy rápido.
    
Lee asiente y varios de los agentes que lo acompañan sujetan a Kang y a su guardaespaldas antes de ponerles las esposas para llevarlos a la salida con rapidez. Sung Kyu suspira; después de todo, el plan fue un éxito y el sujeto ya está bajo la custodia de la ANSI.
    
—¿Los han sacado a todos? —pregunta el omega, inquieto.
    
—Sí. Myung Soo detuvo a los últimos en el salón principal. Ya debe estar afuera con Woo Hyun.
    
—¿Ya revisaron el sótano? Escuché de los hombres de Kang que hay personas encerradas ahí. Parece que son esclavos.
    
Sung Yeol no responde porque no está seguro y, antes de que pueda comunicarse con el otro equipo para verificar la información, Sung Kyu sale corriendo del cuarto. Lee lo llama, pero Kim no se detiene.
    
El alfa lo sigue de cerca hasta el sótano, donde encuentran una habitación cerrada con llave, aunque entre los dos logran abrir la puerta. El lugar es oscuro y Sung Yeol saca su lámpara de mano para revisar, notando de inmediato que hay algunas mujeres omega encerradas ahí.
    
—Sácalas a todas, me aseguraré de que no haya nadie más —le pide Sung Kyu a Sung Yeol.
    
—De acuerdo, pero...
    
—¡Sólo hazlo!
    
Lee obedece en cuanto mira los determinados ojos de Kim y se dirige a la salida, llevando en sus brazos a una joven que no puede caminar del todo bien. Afuera, se encuentra con Myung Soo, Woo Hyun y los otros agentes que se hacen cargo de las mujeres.
    
—¿Dónde está Sung Kyu? —inquiere de inmediato Woo Hyun.
    
—Se quedó adentro. Dijo que revisaría si no hay nadie más.
    
—¡¡El lugar explotará!! ¡¡Una de las tuberías de gas se rompió!!
    
Apenas Woo Hyun termina de decirle aquello a Sung Yeol, cuando un fuerte estruendo en el interior del complejo hace que el suelo retumbe. Todos se sorprenden por las enormes llamaradas que de pronto empiezan a envolver el edificio, y el corazón de Woo Hyun parece detenerse porque Sung Kyu aún sigue adentro.
     
El alfa quiere correr de regreso al lugar para buscar al omega, pero Myung Soo y Sung Yeol se lo impiden. Saben que no es seguro volver en esas condiciones y sujetan a Woo Hyun con todas sus fuerzas. Nam pelea por un momento, pero después sólo parece resignarse al caer de rodillas al suelo mientras aprieta los ojos por la desesperación y la impotencia.
    
El alfa siente ahogarse con sus entrecortadas respiraciones y, temblando, hace puño sus manos sobre sus rodillas al tiempo que sus ojos comienzan a cristalizarse ante la espantosa posibilidad de que Sung Kyu ha...
    
—¿Qué es eso? —expresa Myung Soo, atónito.
    
Sung Yeol y Woo Hyun levantan la mirada también y entoces lo observan: a un enorme lobo de pelaje negro y de ojos escarlata acercándose lentamente. En su lomo trae a Sung Kyu, inconsciente.
    
El animal se detiene frente a los tres alfas y, con cautela, Myung Soo toma a Sung Kyu entre sus brazos. Le echa una rápida mirada al omega y nota que sigue respirando. Él está bien, incluso con las leves quemaduras en su rostro y la herida de bala en su brazo. Myung Soo asiente en dirección de Woo Hyun para hacerle saber que no hay nada de qué preocuparse, y Nam regresa su incrédula mirada hacia el lobo que permanece inmóvil frente a él.
    
Inesperadamente, el animal comienza a tomar su forma humana, y es en ese momento que Woo Hyun se queda petrificado, porque el hombre se parece tanto a él mismo que aquella imagen le provoca escalofríos.
    
Nam no puede creerlo. Al final se pone de pie y clava sus inquisitivos ojos en los del extraño después de observarlo con detenimiento. El hombre tiene una enorme cicatriz en la garganta y no puede pronunciar ni una sola palabra a pesar de mover sus labios. Los ojos de Woo Hyun se humedecen y, sin pensarlo ni un poco más, se le echa encima al hombre para estrecharlo en un fuerte abrazo.

—¡Eres tú! ¡Papá! —solloza el alfa con un grueso nudo en la garganta.

◇◇

    
—¿Cómo estás? —le pregunta Woo Hyun a su esposo mientras lo toma de la mano suavemente.
    
Sung Kyu fue trasladado de inmediato al hospital después de lo sucedido. Su herida no es de cuidado ni tampoco las leves quemaduras que sufrió, además de que no inhaló demasiado humo en el incendio y su estado físico en general, es muy bueno. El doctor les ha dicho que será dado de alta en un par de días.
    
—Estoy bien. Pronto regresaremos a casa.
    
Woo Hyun sonríe y le deja un tierno beso en el dorso. Sung Kyu le acaricia una mejilla y de inmediato viene a su mente lo que pasó, y cómo fue que el padre de su esposo le salvó la vida cuando quedó atrapado bajo algunos escombros debido a la explosión.
     
Al principio creyó que Woo Hyun se había transformado en lobo para rescatarlo, tal y como lo había hecho en ocasiones anteriores en otras de sus misiones, sin embargo, gracias al 'lazo', se dio cuenta de que no era él. Pero no tuvo miedo, porque una sensación familiar lo envolvió cuando el animal se le acercó y lo insitó a aferrarse a su lomo.
     
—¿Como está él? —inquiere, notando al instante la preocupación en los ojos de Woo Hyun.
    
—En lo que cabe, está bien. —Nam hace una pausa e inhala con profundidad—. El doctor dijo que tiene fracturas que han sanado mal, pero que no representan un impedimento para sus funciones motrices. Está un tanto desnutrido y tiene anemia, aunque, no me ha dado un diagnóstico certero sobre su garganta. Le harán más estudios, sin embargo, tengo la esperanza de que con cirugía pueda recuperar el habla.
    
—Eso sería fantástico —exclama el omega, emocionado—. Pese a todo, estoy tan feliz de que Dong Hyun pueda conocer a uno de sus abuelos —dice, apretando las fuertes manos de Woo Hyun entre las suyas.
    
—También yo. Aún no puedo creer que siga vivo. Tengo tantas cosas qué preguntarle.
   
—Lo sé, pero, ahora que está con nosotros, tendrás todo el tiempo del mundo. Debemos ser pacientes y ayudarlo en todo lo que podamos.
    
Woo Hyun asiente, acercándose más a Sung Kyu para darle un beso en los labios. No necesita decirle que está demasiado feliz y casi desesperado de poder charlar con su padre. El omega suspira entre el tierno contacto y clava sus curiosos ojos en los del alfa.
    
—Te ves tan sexy con ese color de cabello —ronronea de pronto Woo Hyun en el oído de su esposo.
    
—¡Estoy en el hospital, por Dios!

◇◇

—Me alegra informarle que, después de realizarle los estudios pertinentes, su padre puede ser sometido a cirugía y estamos seguros de que, al menos, podrá recuperar el habla en un cincuenta por ciento —le explica el doctor a Woo Hyun en su consultorio.

Sung Kyu está a su lado, tomándolo de la mano. El omega ya ha sido dado de alta, pero ambos se quedaron en Hong Kong a la espera de los resultados de los exámenes de Nam Boo Hyun. Aunque, Woo Hyun tiene pensado quedarse un poco más para cuidar de su padre, pues lo ha trasladado a un hospital de especialidades esperando que eso sea lo mejor para él.
    
—Es lamentable que no podamos hacer más por él —continúa el doctor—, sin embargo, con esta operación, él podrá comunicarse con ustedes sin ningún problema. Sólo debemos esperar un par de meses para que recupere algo de peso y se reponga de la anemia; fuera de eso, su condición es óptima para ser intervenido.
    
—Se lo agradezco mucho, doctor —dice Woo Hyun antes de que su esposo le regale una linda sonrisa—. Estaré pendiente de todo lo que pueda necesitar.
    
Woo Hyun y Sung Kyu se despiden con una pronunciada reverencia y salen del consultorio, aún más satisfechos con las palabras que les ha dicho el médico y con la firme esperanza de que, Boo Hyun, recuperará la vida que le arrebataron tan injustamente hace tantos años.
    
Por otro lado, el juicio de Kang iniciará pronto, y Sung Kyu está seguro de que el padre de Woo Hyun será una pieza clave para que el hombre permanezca en la cárcel por el resto de su vida.

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⏰ Última actualización: Mar 19, 2023 ⏰

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