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Después de que Woo Hyun le explicó el gran favor que necesitaba que le hiciera, Sung Yeol dudó un poco. Sobre todo, porque su nuevo compañero había sido demasiado desvergonzado la vez que habló con Myung Soo, y no tiene idea de la reacción que le dará el otro agente cuando se vean.
    
Aunque también pensó que, tal vez, al haber sido ambos 'humillados' en aquella bochornosa llamada, Myung Soo no esté dispuesto a mencionar nada al respecto, o al menos eso espera Sung Yeol, porque no hay nadie más que pueda ayudar a Woo Hyun con el caso, y entiende que todo lo que tiene qué decirle Kim es demasiado relevante para la investigación y mucho más importante que cualquier sentimiento de pena que pueda estar sintiendo en este momento.
    
Sung Yeol llega a la habitación del lujoso hotel donde se está quedando el agente, y espera un par de minutos antes de tocar la puerta. No está preparado para ver a Myung Soo a los ojos, aunque, ya no hay marcha atrás y, resignado a tener que enfrentar la vergüenza, da un par de golpes en la fina madera antes de escuchar unos ágiles y fuertes pasos acercarse a la entrada.
    
El teniente se moja los labios y carraspea para aclararse la garganta. La manija se mueve y la puerta se abre casi en su totalidad.
    
—¡Ya era hora de que...! —exclama Myung Soo con enfaso, pero de inmediato el reclamo muere en su garganta cuando se da cuenta de que el recién llegado no es Woo Hyun.
    
Myung Soo lo observa con atención y Sung Yeol puede jurar que se ha puesto rojo, tanto como siente que lo ha hecho él.
    
—Lo siento —se disculpa el agente Kim con los ojos fijos en los del recién llegado—, creí que era el imbécil de Woo Hyun.
    
Y Sung Yeol sonríe ante su comentario. Myung Soo lo imita y el tenso ambiente parece hacerse más ligero.
    
—Hola —dice Sung Yeol, disimulando sus nervios—. Woo Hyun no va a poder venir; me pidió que yo me reuniera contigo en su lugar.
    
—Pensé que este asunto era demasiado importante para él. ¿Por qué de pronto está tan ocupado?
    
—Bueno, si me permites pasar, te lo contaré todo.
    
Myung Soo accede y deja que Sung Yeol se acomode en uno de los sofás al centro de la habitación, donde ya tiene varios papeles y algunas otras cosas que ha conseguido de su investigación.
    
—Te ofrezco agua, o tal vez una soda —dice Kim después de cerrar la puerta.
    
—Agua está bien. Gracias.
    
El agente se aleja hasta donde hay una pequeña nevera y saca un par de botellas. Enseguida regresa a donde está Sung Yeol y deja los recipientes en la mesa.
    
—Ahora sí, dime sobre ese asunto tan importante por el que Woo Hyun no ha podido venir —pide el agente.

Sung Yeol toma una gran bocanada de aire antes de contarle con lujo de detalle todo sobre el caso de los doctores Kim, además del por qué Woo Hyun está tan indispuesto. Pero al final, cuando Sung Yeol ha terminado su relato, Myung Soo no está demasiado sorprendido, ni tampoco se ve molesto.

—Ni hablar. Te voy a dejar a ti todo lo que pude averiguar, además de otro tipo de información que no está entre estos papeles.
    
—¿De qué se trata? —inquiere Sung Yeol con sumo interés.
    
—Bueno, comenzaré recapitulando lo que sucedió hace una década.
    
—¿Hablas del virus?

Myung Soo asiente y continúa.
    
—Hace diez años, en la cárcel metropolitana, se esparció la noticia de que un virus mortal estaba atacando a los alfas de sangre pura, más específicamente, sus células sanguíneas. El CIB se hizo cargo de ellos, trasladándolos a su laboratorio para aislarlos e intentar encontrar una cura. Sin embargo, todo se consideró como información súper secreta. He podido ingresar a algunos archivos clasificados, y encontré que los alfas no murieron, como se le hizo creer al Congreso, a la ANSI y otras dependencias involucradas en la investigación. Encontré unas rutas encriptadas a una base de datos que no pertenece a ninguna agencia conocida. Lo que hallé, es que el virus ni siquiera existió, fue sólo una cortina de humo para sacar de la cárcel a los alfas y poder experimentar con ellos
    
—¡¿Qué?! ¡¿Ni siquiera el virus era real?! —exclama el teniente totalmente estupefacto.
    
—Esta agencia fantasma ha estado experimentando con alfas puros desde hace años. Quieren averiguar todo sobre su sangre y cómo ésta les permite cambiar de forma. Y tal parece que han obtenido algunos resultados, porque se han estado creando fórmulas a partir de su ADN, para que cualquier alfa sea capaz de transmutar.

I Like You | WooGyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora