I Like You | WooGyu

17

El corazón de Sung Kyu parece tranquilizarse cuando se da cuenta de que alguien ha llegado y le ha quitado a Seung Hoon de encima, aunque su ritmo cardíaco empieza a acelerarse de nuevo en el mismo instante en que se da cuenta de que aquel alfa recién llegado es Hee Chul.

El omega lo conoce un poco. Lo llegó a ver en las últimas fiestas de Navidad y Año Nuevo a las que fueron invitados sus padres por el presidente del Congreso. Y no puede dejar de imaginar que ese alfa tiene que ver con todo lo malo que le ha estado pasando, porque puede percibir su agrio olor, y las náuseas no tardan en aparecer otra vez.

—¡¿Qué demonios haces?! —grita el congresista, hastiado.

Seung Hoon se pone de pie de inmediato y se sacude la ropa.

—Señor, yo sólo estaba divirtiéndome un poco.

—¡¿Esa es tu patética excusa?! ¡Te ordené que lo trajeras aquí y que lo vigilaras! ¡En ningún momento te dije que hicieras esa mierda! ¡¿Qué hubieras hecho si le daba un ataque o le pasaba algo más antes de hacerlo hablar?! ¡¿Acaso eres estúpido?!

—Sí. ¡Digo, no! ¡Por favor, perdóneme!

Seung Hoon parece encogerse en su sitio ante las palabras de Hee Chul, a pesar de ser un alfa mucho más alto y más imponente en comparación con el congresista.

El muchacho los mira a ambos e intenta volver a la posición que tenía antes de que Seung Hoon tirara de sus tobillos. Y de pronto deja de moverse porque Hee Chul se gira en su dirección y se le acerca, tomando el pantalón que el otro alfa le arrancó para aventárselo sobre las piernas.

Suspirando, el congresista se rasca la cabeza y posa sus fríos ojos sobre los de Sung Kyu.

—Entonces, al fin estás aquí —murmura Hee Chul mientras se agacha un poco—. Me has causado muchos problemas, niño.

Hee Chul hace una mueca y le echa una mirada rápida a todo el cuerpo de Sung Kyu, quien no se inmuta para nada pese a que sus entrañas le estén haciendo sentir miedo y preocupación. Luego, fugazmente recuerda las palabras que le dijo Min Seok y se arma de valor por un instante.

—¿Qué le sucedió a Nam Boo Hyun? ¿Está muerto? —inquiere el omega, deseando con todas sus fuerzas que el congresista le responda.

—¿Quién? —cuestiona de regreso—. No sé quién es ese tal Boo Hyun del que hablas.

—¡No mienta!

—Nam Boo Hyun era el padre de Nam Woo Hyun, el agente de la ANSI a quién me pidió que matara. Era aquel alfa que se resistió a los experimentos cuando lo trasladamos al CIB —interviene Seung Hoon, aclarando la pregunta del muchacho.

Y entonces el omega se tensa al escuchar el nombre de su alfa, puesto que aseguran que ya está muerto. Pero Sung Kyu aún tiene la esperanza de que Woo Hyun siga con vida porque la marca continúa en su cuello y el vínculo que los une aún está intacto.

—¡Ah, sí! Ya lo recuerdo. Era ese alfa que casi destruye mi laboratorio —dice, con los ojos puestos en Seung Hoon—. Sí. Ese alfa está muerto —aclara, volviendo el rostro hacia Sung Kyu—. Ordené que lo mataran porque se resistió a ayudar con las investigaciones, y por su culpa tuve un atraso de varios años para desarrollar mi fórmula transmutadora. Pero ahora ya no importa. Hace meses que ha sido completada y no falta mucho para que esté a la venta en el mercado negro. Sin embargo, no puedo avanzar en mis planes porque el señor Kang es el contacto entre mis futuros compradores y yo, y a cambio, primero tengo que ayudarle con sus negocios. Unos de ellos es la venta de supresores para omegas. El señor Kang es el dueño de la compañía farmacéutica más grande de Asia. Él gana mucho dinero con medicamentos y supresores para alfas y omegas.