Llegué a casa bastante rápido, al entrar mi padre vino hacia mi preocupado.
-¿Hija, estas bien? Pareces cansada.
-Si, tranquilo esque he venido corriendo.
-¿Por qué?
-Tenemos que hablar, ¿donde está mamá?
-Arriba, preparando cosas para navidad.
Rápidamente subí las escaleras en busca de mi madre.
Estaban en la habitación de mi hermana. Ana ayudaba a mi madre a decorar unos calcetines hechos por mi, la verdad, se me da bastante bien coser.
-!Mamá! ¡Rápido tenemos que hablar!
-¿Que quieres Sally?
-Que bajes al salón. Le dije enfadada ya que apenas me hacia caso.
-Está bien. Me dijo mi madre mientras se levantaba de la cama.
-¿Que pasa? Me preguntó mi hermanita.
-Nada enana. Le dije dandole un abrazo.
La cojí de la mano y la llevé al salón.
-Mamá, papá, como ya sabeis por la tarde fui a casa de una amiga y su hermano. Estuvimos estudiando un rato, luego merendamos y luego..
-Hija, dime que no has.. Me interrumpió mi padre
-No papá no he..
-No ha que..? Pregunta mi hermana.
-Nada hija, nada. Le dijo mi madre mientras la cojia y la sentaba encima suya.
-Bueno, como os iba diciendo que luego jugamos a la ouija.
-Pero hija sabes lo peligro..
-Papá deja que os lo explique!
Jugamos a la ouija, si ya se que es peligroso, pero a ellos nunca les habia funcionado. Total, que el espiritu dijo que se llamaba Lucy. Y la muñeca de Ana, la que le regaló el vecino, era de ella, de la hija de Saimon, me dijo que su hija se murió a los 4 años por una enfermedad muy grave. Pero Lucy, a traves de la ouija me dijo que tuviera cuidado con Saimon. ¿Porque tenia que tener cuidado? El vecino nos ha tenido que engañar. Dije de carrerilla.-Hija, seguro que alguien movió el vaso. Me dijo mi madre.
-No, ninguno lo movió, eran las reglas.
-Bueno habrá sido coincidencia. Dijo mi padre.
-Papa, ¿conoces a mas de una Lucy?
-No.
-Pues ya está. Tenemos que irnos de esta casa. Saimon es peligroso. Les dije.
-Hija no tienes pruebas. Me dijo mi madre.
-¡Oh venga ya! ¿Te parece poca cosa lo que me dijo antes Lucy?
-¡Pero eso solo es un juego! Dijo mi madre.
No les dije nada mas pero antes de irme miré mal a mi madre.
Que tonta que es la pobre.
Al rato, mi padre nos llamó a todos para cenar.