CAPÍTULO 2:LA NOTICIA

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Al siguiente día, Sol despertó muy temprano, casi no durmió nada y lo primero que hizo fue contarles a sus amigas, a través de video llamada, que se casaría con Arán; al mismo tiempo les contaba como él hizo hasta el más mínimo detalle para recrear sus dos primeras citas vividas que tuvieron. Sólo con la única diferencia que en vez de pedir que sea su enamorada, ahora le propuso que sea su esposa en sagrado matrimonio.

La pobre mamá de Sol, Soledad, se iba a quedar sorda producto de tanto que gritaban las chicas al compartir la emoción con su hija.

Por su parte Arán también llamó a los chicos para contarles que se iba a casar, todos lo felicitaron y empezaron a fastidiarlo diciendo:

-      ahora se te viene lo bueno…

-      dile adiós a tu soltería…

-      bienvenido al club de los pisados…

-      lo más importante hermano…cuando es la despedida? jajajajaja

Entre otras cosas así, pasó un buen rato en la video llamada con los chicos que entre las bromas y risas se pasaron como dos horas…ya en la tarde quedó en verse con Sol.

Cuando ella llegó él le dijo:

-      hola futura esposa…

Y ella le respondió:

-      hola futuro esposo…

Arán dijo que sonaba muy bonito utilizar la palabra esposos, Sol pensaba exactamente igual; él la tomó de la mano y le contestó:

-      tenemos que llevar a tu a mamá con nosotros para darles la noticia a mis papás…

Sol con un poco de miedo le preguntó:

-      ¿Cómo crees que reaccione tu mamá? Sé que hace lo posible de “llevarme”, pero el casarnos son palabras mayores para ella…sabes lo mucho que te amo mi amor.

Me quedé pensando en esa pregunta.

El tiempo y la convivencia que tenía al lado de Sol hicieron que mi mamá se haga a la idea de que era mi pareja y termine aceptándola, aunque nunca le gusto mi relación, aprendió a respetarla; pero nunca perdía la oportunidad de presentarme a chicas que para ella si estaban “a mi nivel”; pero yo las rechazaba.

Sin duda esta noticia no le gustaría nada, pero confiaba que con el apoyo de mi papá, lograríamos hacer que cambie de opinión; ó por lo menos no se oponga a la boda ni se lo haga más difícil a mi Sol con sus prejuicios y vanidades… después de pensar ello le dije:

-          No te preocupes amor, todo va estar bien…ya lo verás.

Y la abracé. Paseamos por la playa hasta el atardecer y le pedí que me acompañe a casa que le tenía una pequeña sorpresa.

Ya en el auto, no dejaba de pensar en todas las pruebas que afrontó nuestra relación y ya solo faltaba este gran paso que íbamos a dar para que nuestro amor tuviera su final feliz sellando con la bendición de Dios ante el altar, algo que ambos deseábamos.

Soledad De InviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora