el diario perdido

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Mi nombre es Izuku Midoriya.

Nací el 15 de Julio y actualmente tengo 23 años. Mi madre se llama Inko Midoriya.

Mi comida favorita es el katsudon. No tengo muchos amigos. En realidad, solo tengo dos.

Cuando era un niño... cuando era un niño sabía perfectamente lo que quería ser. Un héroe. ¿Por qué no serlo? Ayudaban a las personas, vencían a los villanos y todo el mundo los amaba.

Ahora me doy cuenta de que esa no era la verdadera razón. Yo solo quería salvar a mi madre de mi padre.

En ese entonces tenía siete años. ¿Cómo podría saberlo si mi madre siempre llevaba una sonrisa en el rostro? Ella nunca me trató mal, nunca lloró frente a mí y nunca mostró los moretones que escondía bajo las mangas de su blusa. Mi padre la golpeaba y yo no me daba cuenta de ello hasta que lo vi con mis propios ojos.

¿Qué haría un héroe en mi lugar? La salvaría. No se me ocurría otra forma.

Así que, a pesar de que el miedo me invadió en ese momento, lo intenté. Enfrenté a mi padre y el resultado de ello fue despertar una semana después en una cama de hospital. ¡Era un niño, después de todo! No tenía una sola pizca de fuerza y no sabía cómo defenderme. Mi madre me explicó que después de dejarme inconsciente llamó a la policía y denunció a Hisashi Midoriya, pero que él logró escapar antes de que lo arrestaran y por esa razón nos mudaríamos a otro lugar para estar más seguros.

Nunca entendí porque ella lloró mientras me pedía perdón ese día.

Para cuando me dieron el alta, el departamento donde solíamos vivir ya se encontraba vacío y todas nuestras cosas se encontraban en un nuevo lugar. Ni siquiera pude despedirme de mi único amigo en ese entonces (¡aunque nos reencontramos 16 años después!).

Mis deseos por ser un héroe desaparecieron gradualmente desde entonces.

Mudarnos significaba que tendría que entrar a una nueva escuela con personas extrañas y eso me ponía nervioso. Incluso siendo un niño sabía que los demás empezarían a hacerme burlas debido a los vendajes y curitas que cubrían las cicatrices de mis golpes. Y no me equivocaba, pues así fue. Pronto aprendí a reprimir las ganas de llorar siempre que me empujaban o me ponían apodos, porque para mí eso significaba ser fuerte, además no quería preocupar a mi madre.

En ese entonces no sabía que lo que empezaba a crecer en mi corazón eran unas inmensas ganas de que hubiese seguido ignorante ante el secreto de mis padres, porque así nada de lo que tuve que soportar me hubiese ocurrido.

Era egoísta. Lo sigo siendo.

Gracias a ello comencé a ser extremadamente tímido y ansioso. Entré al Instituto aún sin haber hecho un solo amigo, y fue entonces cuando conocí a Ochako. Ella me hizo sonreír genuinamente de nuevo. Me apoyó en todas mis ideas por más locas que fueran y me dio consejos para todos mis problemas. Nunca entré a la universidad porque tenía miedo de que todo cambiaría repentinamente para mí y no estaba listo para ello. Finalmente, decidí abrir una florería al graduarme porque me agradaba estar rodeado de flores y sabía mucho de ellas.

Fue dos años después cuando lo conocí.

Shōto Todoroki... la persona que me enseñó lo que es el amor.

Y también lo que es sufrir por ello.

delirio ー [ tododeku AU ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora