delirio ー [ tododeku AU ]

el otro cuento [2]

El olor a café le inundó las fosas nasales. Irónicamente, a pesar de odiarlo por su sabor amargo siempre que se reunía con Uraraka era en aquella cafetería. A pesar de haberse conocido solo por influencia de cierto peliverde, seguían manteniendo contacto aunque ahora solo quedaran ellos dos. ¿La razón? Había una especie de lazo transparente que los unía y ninguno de los dos podía explicar el porqué.

Bakugō tronó la lengua mientras se cruzaba de brazos. La castaña solo se limitó a soltar un suspiro, ladeando la cabeza ligeramente.

—Así que ayer viste a Todoroki-kun... bueno, después de la desaparición de su padre era lógico que volvería tarde o temprano.

—Tan buena que era la vida sin ese bastardo rondando por ahí...

—Pero está bien, ¿no? aunque trabajan en el mismo hospital están en áreas distintas —la castaña le dio un sorbo a su frappé—. ¿Qué te dijo cuando te vio?

—¡Si lo recuerdo me darán más ganas de golpearlo! —contestó apretando los dientes.

—Mmm... eso me suena a que mencionó a Deku-kun.

—¡Pues claro que lo hizo! Está loco.

—El amor te ciega —Uraraka apoyó su barbilla en la palma de su mano—. Todoroki-kun creyó la versión policial ya que Izuku nunca nos dijo nada sobre lo que le pasaba... de todas formas, aunque traté de hablar con él en el pasado, no quiso escucharme. Es por que nos odia.

—Di... ¡Disculpa!

Una suave voz hizo que ambos voltearan, encontrándose con una chica parada a un lado de ellos. Ella los miró con el ligero nerviosismo que se alojaba en sus orbes rubí.

—¿E-eres Uraraka-san, v-verdad? O-Ochako Uraraka-san... ¿verdad?

La recién nombrada asintió con la cabeza.

—Sí, soy yo... ¿Necesitas algo?

La chica titubeó antes de sacar de su maleta escolar un libro que cuyo título decía "deliro".

—¡L-leí tu libro! ¡Todo!

—¡¿E-eh?! —Uraraka dio un pequeño salto en su lugar, sorprendida— ¡¿En verdad?! ¡Pero se acaba de publicar ayer!

—L-lo leí toda la noche...

—¡I-increíble! —respondió— Entonces... ¿tal vez quieres que te dé un autógrafo?

La menor parpadeó un par de veces antes de posar su mirada sobre Katsuki examinándolo con cierta curiosidad.

—¿Qué ves, mocosa?

—¡L-lo siento! ¡Eres diferente a como te había imaginado...!

Bakugō y Uraraka fruncieron el ceño a modo de confusión, y antes de que el rubio cenizo pudiera replicar algo, un timbre de llamada sonó desde los bolsillos del uniforme de la albina.

—¡P-perdón, denme un s-segundo! —dijo ella dándose la vuelta y alejándose un par de pasos.

—¿Qué carajo? ¿La conoces? —preguntó el de orbes rojizos.

—¡No! Por su uniforme, creo que es una estudiante de secundaria...

—¡L-llego de i-inmediato, padre! —la escucharon decir antes de voltear e ir hacia ellos nuevamente.

—Eh... ¿entonces, quién er-?

—Uraraka-san, ¿puedes prometerme que volverás aquí mañana a esta misma hora? ¡Hay algo que realmente debo decirte, y a Kacchan también! Ahora tengo irme así que no tengo tiempo de explicarles las cosas... ¡P-pero, por favor, los veo mañana!

Diciendo esas palabras, la fémina se fue tan pronto llegó, dejando así un rastro de dudas entre Katsuki y Ochako.

—Ella... ¿te dijo Kacchan?