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Salía de ese lugar, definitivo tenía que dejarlos solos, total ellos ya se habían conocido y por algo fue, el destino sin duda les tenia preparado algo a ambos y esperaba que fuera algo lindo, solo veía como hablaban y Hinata movía las manos..

Se ven lindos juntos y al estar distraída

—¡Amor!

Cariño me asustaste

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Cariño me asustaste..

—¿Qué ocurre? ¿Por qué estás aquí? No me digas vas llegando y Hinata aún no..

Yo -miraba hacia adentro- Hinata se dirigía hacia acá, no amor, bueno si, hay vámonos de aquí, ya te explicare las cosas más tarde..

—Pero nena ¡¡Tengo hambre!! Y ahí era jalado e ignorado.

[...]

Vaya comida, está se había amargado por la presencia de ese hombre, vaya suerte la mía, no podía creer que él era amigo de Rin y Óbito, a para amistades que tenían..

No entendía por que eran amigos de él, era un presumido prepotente se le notaba a leguas mientras que Rin y Óbito aunque era un tonto, no era así, eran buenas personas y amables..

Ya me veía yo aceptando tomar un café con ese, obvio que no jamás lo haría, sería la peor tontería del mundo, además ese par no habían vuelto..

Al salir buscaba a Rin y Óbito y al no verlos por ningún lado, iría a mi casa pero antes de eso, solo veía como ese hombre presumido se iba con una loca pelirroja en un auto deportivo muy llamativo..

Ese par me la iban a pagar muy caro. Finalmente llegaba a casa, abría la puerta y al entrar dejaba las llaves en una mesa y veía a Neji a quien corría a abrazar fuertemente, este día había sido pésimo..

—Hola nena ¿Por qué estás tan molesta?

Me sentaba junto a él y al darle un beso, no lo estoy..

—Te conozco mejor que nadie mi amor, dime ¿Quién te hizo enojar?

Nadie Neji, ya te dije que no estoy enojada..

—¿Segura cariño?

Ya deja de estar de investigador y mejor dame un beso..

—La besaba como si cada beso fuera el primero entre nosotros y al separarnos te extrañe mucho nena..

Yo también cariño, aunque sabes  no te creo, ni siquiera me preguntaste ¿Cómo me fue?

—Hmp, por tu cara puedo adivinar que mal— la abraza oliéndola y

—Hmp, por tu cara puedo adivinar que mal— la abraza oliéndola y

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La Mujer Que No SoñéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora