C4. Bienvenido a Jasper, California.

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Una semana después…

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Una semana después…

Anclo mis ojos en la figura de Israel que camina con pasos lentos por el pasillo de la universidad aferrándose al tirante de su mochila y luego en la de Joel  unos metros detrás de él que a diferencia de su hermano parece bastante confiado.

Inspiro profundamente y cuando llevo mi atención al frente los ojos de Jason permanecen fijos en los míos. Siento mis mejillas arder de vergüenza automáticamente  y bajo la mirada a mis notas.—Todavía no termino de decidir cuál de los dos te gusta más…

—¿Disculpa?—pregunto mirándole de nueva cuenta.—No entiendo de que me hablas…

—Claro que lo sabes, Fer…

—No, de hecho no.—niego.

—De los Pimentel.—decide haciendo una mueca de desagrado.—Es bastante obvio que te mueres por uno de ellos…lo que todavía no termino de comprender es por cuál de los dos…aunque si comparamos el trato de uno y del otro, creo que es bastante evidente que se trata de Israel…

—No digas tonterías.—me quejo entornando mis ojos antes de volver mi atención a mis apuntes de nueva cuenta.

Trato de concentrarme en ellos pero los recuerdos del día de la comida con la madre de Joel e Israel siguen haciéndose presentes una y otra vez como si se hubiesen quedado tatuados en mi cerebro. Quisiera decir que mi  mente es mi mejor amiga pero de acuerdo a los sucesos de la semana pasada y lo que va de este solo sirve para darme cuenta que mi cabeza es precisamente mi peor enemiga.

—Claro…—murmura. Vuelvo a mirarlo y niego lentamente.

—Hola.—saluda Israel dejando su mochila delante de mí.

—Hola.—respondo llevando mi atención a él.—¿Qué te sucede…?—cuestiono.

—Joel.—exclama dejando escapar un largo suspiro.—Eso es lo que me pasa…

—Vaya…te pasa demasiado entonces.—susurro y él asiente de inmediato.—Vamos, Israel…en el mundo tiene que haber más empatía. Es la única manera en la que las personas dejarán de ser odiosas y todo será mucho mejor…

—Lo dices como si fuese demasiado fácil.—replica.—Y también lo dices porque tienes la fortuna de no vivir con Joel y tener que aguantarlo el día completo…

—Todas las personas tenemos un lado bueno y uno oscuro…—le digo y él deja escapar un largo suspiro. Jason me mira un momento antes de volver su atención a sus propios apuntes pero no dice absolutamente nada, solo se dedica a escuchar cada una de nuestras palabras.

—Pues definitivamente mi hermanito tiene el lado oscuro activado desde hace un mucho tiempo y te juro que no tiene intención alguna de  desactivarlo…—explica y automáticamente una sonrisa se forma en mis labios.

INVIERNO|Joel Pimentel (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora